Sergio Sanza. Foto de Adrian Pérez

Como parte de nuestro apartado dedicado a música, al que este año nos proponemos dar mayor proyección, les comparto esta charla virtual que tuve Sergio Sanza, creador de OSTEL, un proyecto de música cinematográfica.

Antes de entrar en ella, les cuento que OSTEL es el nombre con que Sergio Sanza, compositor y productor musical mexicano, nos comparte su viaje sonoro «lleno de magia y misticismo a través de sonidos clásicos, atmosféricos, y electrónicos propios de su creador. El estilo de OSTEL está siempre en constante movimiento y por ello, es muy difícil colocarlo dentro de un genero específico, sin embargo lo que siempre prevalece es la sinceridad de su música y el atrevimiento de tocar e incomodar siempre directamente y sin miedo nuestras emociones y sentimientos invitándonos con cada una de sus composiciones a contemplar, meditar, soñar y viajar mientras cerramos los ojos y nos dejamos llevar», señala en su sitio web. 

Fotografía: Adrian Pérez

La charla

En tu sitio web, me encontré con un espacio que inspira a la vez intriga, pues devela un proceso creativo complejo e íntimo. ¿Nos podrías contar justamente sobre ese proceso creativo? 

Sí, es un proceso muy íntimo, ya que consiste básicamente en componer sin ninguna estructura, regla o compromiso con nadie más que conmigo mismo. Eso lo hace complejo, pero a la vez sencillo. En cualquier momento puede llegar la inspiración y una vez que llega es darme el tiempo y ver a dónde me lleva la primer idea. Suelo comenzar con una atmósfera ambiental, aunque también a veces empiezo con una melodía.

Creo fielmente en la importancia y belleza de una sola nota, por eso mis canciones le dan un lugar muy importante a cada una e incluso una sola nota puede durar lo que en otras canciones dura una frase melódica ya completa. A veces simplemente me tiro sobre el piano (asi le digo yo) y me pongo a improvisar, lo cual me encanta, y de ahí, la mayoría de las veces, sale una nueva canción.

Fotografía: Adrian Pérez

Creo que mi proceso realmente es simplemente dejarme llevar sin prisas, creer en lo que siento cuando estoy componiendo y no terminar hasta que yo sienta que debe terminar. Normalmente hay cambios de intensidades e incluso giros inesperados y es porque mientras compongo siempre tengo un pensamiento, un sueño o un sentimiento en movimiento, y así tal cual es trasladado a la música en un sincero y terapéutico viaje sonoro. Es mi manera de calmar las cosas o de expresarme tal cual soy. 

Dices que desde pequeño has estado en contacto con la música, ¿cómo fue ese acercamiento y cómo tomó forma con el paso de los años hasta el día de hoy? 

En secundaria, mi papá me metió a clases de guitarra clásica, realmente no me dio opción, pero se lo agradezco infinitamente por que sino tal vez nunca me hubiera clavado en la música y mi vida sería completamente distinta. La verdad nunca me gustó llevar clases, ni tener que seguir un método o técnica de hasta cómo colocar el brazo, la mano etc… y luego me tenía que dejar ciertas uñas largas lo cual tampoco me gustaba. Así que le pedí a mi padre que me comprara mejor una guitarra eléctrica y un aplificador, lo cual hizo… la verdad siempre me apoyó.

Empecé a componer y a grabar mis primeras canciones en cassette con el estéreo de mi papá, fui descubriendo nuevos géneros y me empezó, ahora sÍ, a gustar la música. Tuve varias bandas durante la prepa, tocaba en algunos bares de mi ciudad y en fiestas, y al mismo tiempo nació OSTEL. Después entré a la carrera y dejé de tocar en vivo, pero seguí componiendo en un mini estudio que monté en mi departamento. Durante ese periodo hice mucha música pero nunca hice público el proyecto realmente. Salí de la escuela, comencé a trabajar y por cuestiones laborales, familiares y demás dejé todo por unos años hasta que llegó la pandemia, lo cual despertó en mí las ganas y la necesidad de volver a echar andar la nave y la verdad no podría estar más feliz. 

Fotografía: Adrian Pérez

¿Porqué describes tu proyecto como música cinematográfica? 

Siempre he visto mi música (bueno mi vida también) en términos cinematográficos, cuando estoy componiendo imagino las escenas en mi mente e incluso los discos tienen un inicio, un desarrollo y un final. Por eso también mis canciones llevan en vez de una estructura un proceso que es en realidad una historia. No me gusta hacer canciones sólo por hacerlas sino que deben ser parte de un todo. Es realmente como el soundtrack de mi vida, ya que en la música siempre es donde deposito mis sueños, sentimientos, pensamientos y miedos. 

Antes de leer tu biografía en el sitio, cuando escuché por primera vez a OSTEL, inmediatamente me conectó con bandas como Mogwai y Godspeed, You Black Emperor! Y luego vi que acerté, ya que las señalas como bandas que han influido en tu proyecto: ¿En qué sentido? ¿Qué es lo más importante para ti del lo que provocan estas bandas y que genera una influencia directa a tu forma de crear música? 

Todas esas bandas fueron las que me guiaron a lo que soy ahora como compositor, ellos me salvaron de mis gustos de secundaria jeje, y me enseñaron que no debería de haber reglas ni recetas en la música, sino que simplemente basta con dejar todo lo que sientes en ella y desnudar el alma y el corazón mientras compones. No necesariamente debe haber letra, no debe haber una estructura definida intro-verso-coro-verso-etc, y sobre todo debes hacer la música para ti y para nadie más. Eventualmente, la gente podrá ver esa honestidad artística y creo que es la única forma de hacer música que realmente se sienta. Creo que todas esas bandas o artistas que me influenciaron han logrado hacer que tome un poco de cada uno y crear un motor sonoro y creativo que me hace sentido y me llena. 

El material más reciente lo creaste en tiempos de pandemia, yo de entrada podría decir que hubo un resultado bastante positivo, pero supongo que detrás de, también se dibuja toda una montaña rusa de pensamientos, sentimientos, sensaciones antes de tener el resultado deseado. Cuéntanos, ¿cómo canalizas esa ruta de sensaciones en tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo?

Precisamente fue el aislamiento por la pandemia lo que hizo que volviera a componer. Tenía un sinfín de emociones y sentimientos encontrados y, además, siempre he sido muy caótico, entonces solamente la música iba a ser capaz de mantenerme cuerdo. Comencé a hacer una canción diaria durante los primeros días de encierro y fui dándolas a conocer. Por primera vez hice público mi proyecto en marzo del 2020, justo cuando inició lo feo de la pandemia, incluso muchas personas no sabían ni siquiera que tocaba. La verdad me llena de satisfacción que haya gente que se está identificando con mi música o que incluso la ve de otra forma, pero siempre la relaciona con algo muy personal. Cuando empecé «Aislados» nunca creí que fuera a estar donde estoy ahora y que fuera a haber tanta gente formando parte de mi Tripulación. Es un verdadero honor para mí. He conocido gente muy chida e interesante y todo esto me ha ayudado durante estos extraños y peculiares meses. Gracias a todos por ser parte del viaje.