En su cuarto disco, «Hace 30 años que son los 90’s«, Chori Pepas da un salto hacia la profundización de su propuesta estética. Una compleja ejecución del piano; un torrente de sintetizadores e imágenes oníricas trazan un álbum audiovisual homogéneo y sobrio, toda una variante para una banda signada por sus altisonantes posturas de protesta social tamizadas con humor.
El título plantea la escenificación en unos eternos años 90’s donde un piano y una declaración de amor anuncian una nueva corriente estética, el realismo trágico. «Ya parezco un Luis Miguel del tardorromanticismo, pop latino en do y realismo trágico». A medida que el drama del relato se torna en tragedia el sonido orgánico se tiñe bajo una orquestación que conduce al clímax instrumental. «Si igual voy a morir que sea de amor». Al final del tema ya fuimos conducidos a un mar de sintetizadores y baterías electrónicas. Las imágenes que acompañan la música provocan una abducción que culmina en el sobrevuelo por montañas y nubes con vida propia. Las pinturas blanco y negro del artista Tinta Peluda toman un creciente protagonismo en la obra dejando entrever señales y símbolos. La grabación en los míticos estudios Panda explica el cuidado por la estética del sonido distanciándolos de la corriente lo-fi.
En el año de mayor cambio global en nuestro siglo, Chori Pepas afirma que nada cambió, que ya estábamos encerrados y aún son los 90s. Para total perplejidad del oyente, anuncia una nueva corriente estética con raíz en el pop latino de los 90, el enigmático «realismo trágico».
En la segunda canción toma el protagonismo gráfico un personaje paralelo de los dibujos a la vez que cambia el cantante. Estos detalles figuran una comunidad entre la obra visual y la sonora. «Por el parque» comienza como un disco olvidado de George Harrison donde una guitarra criolla rasguea y otra estira notas agudas sobre una melodía dulce. La letra a priori repetitiva juega a alterar las palabras finales de las estrofas. Su texto versa sobre el recuerdo, el olvido y la imposibilidad de manejar el tiempo. El aire melancólico es potenciado por la lenta despedida en fade. Pese a la amplitud de voces comandando el relato el registro estético se mantiene, algo novedoso en la obra de la banda.
Sigue una sucesión de canciones encaradas desde el piano y con una ejecución que va de lo clásico hacia movimientos novedosos de contrapunto. Abre este interregno «Hasta el cielo», corte previo (al decir de los aludidos años 90’s) que se erigió gracias a su video en la canción más popular de la banda. Alejados del rock alternativo aquí la experimentación se acerca incluso a la música clásica. El pianista y cantante de la agrupación comentó en una entrevista reciente que abandonaron los recitales constantes para pulir la ejecución técnica de los instrumentos. Ya en «Constelaciones familiares» es palpable la perspectiva de avance hacia la música de perfil académico pero irradiada por frases trémulas y enfáticas sobre muerte, abandono y accidentes. «La abuela vió a su hijo muerto tirado en el suelo y sus ojos quedaron ciegos».
El salto discográfico hacia música pulida y compleja, más el intento de forjar una estética propia resulta descabellado aunque palpable en este tramo del álbum. Cuando esta suerte de ópera progresiva parece acabar irrumpe un repentino solo de guitarra de Alejandro Cares, hacedor en las sombras de este salto cualitativo. La ficha técnica del disco asigna diversos roles a este músico multifacético (ingeniería de sonido, mezcla y solos de guitarra). La obra continúa profundizando la variedad de voces con «Hablando con la almohada». Quizás el tema mas radiable y cuasi navideño del disco. Una base deudora de David Bowie y una melodía consagratoria en tono de despedida. «Aunque sea para vernos por última vez». Los dibujos registran un viaje galáctico que continúa en «Triángulo dramático», suerte de hit del disco y tema mucho mas bailable que el resto.
Tomas Pojaghi canta sobre estado de drama y post-resurrección en una oda Hotel + Casino que en el marco teórico de Chori Pepas bien podría ser Hostel + Bingo. Hay una insistencia por los neologismos y las palabras con sub-fijos que parecen dejar entre-ver a Mark Fisher en la bibliografía obligatoria del disco. El final marca el regreso del piano para el tema que da nombre al álbum y mezcla en su letra referencias indescifrables a cajones de lágrimas y lluvias de alas. Los dibujos cobran características de cómic y parecen inducir al espectador a buscar detalles cifrados en las tramas secretas. Es éste justamente el nombre del último tema, con referencias alegres y claves políticas «abre tus ojos aunque los vele un paco, que en el énfasis del bordó..».
Las pinturas de cierre sorprenden por sus destellos alegres y esperanzadores. Las luces y colores claros ganan la pantalla con aires floridos y trenes con señales de esperanza. Una algarabía inaudita para un disco opaco de climas terroríficos y mortuorios. El inesperado final feliz deja una extrañeza infundada. Un viaje laberíntico hacia una nueva esperanza, tal el cartel que lleva el tren de las imágenes. Abundan referencias a lo cotidiano desde la nomenclatura de la astronomía («destiñe tu constelación») o la botánica («aún un pétalo sin abrir»). El cierre nos conduce hacia la naturaleza con un sonido despojado que imprime aire a la solemnidad de la obra.
Este complemento entre los artífices y los sonidos orgánicos conjugados con las orquestaciones se desarrollan con naturalidad. He aquí la pauta del crecimiento evolutivo de una banda otrora proclive a los desbordes. El sonido opaco y lúgubre se anexa al lenguaje florido de reminiscencias naturalistas dotando de sentido al concepto de pop latino alternativo.
En un contexto crucial para los destinos de la humanidad Chori Pepas se ha trazado un objetivo desmedido. Su afán por emanciparse de su sonido anterior y la creación de un nuevo concepto léxico en su lenguaje. Cabe recoger el guante y permitirse la esperanza de un futuro promisorio para un caudal de conjuntos que evolucionaron a la sombra de las bandas consagradas del indie. Una nueva esperanza para la música ante la muerte de las etiquetas y las antiguas categoría.
Impresionante. Muchas gracias, un honor inmenso estar en uno de los mejores portales de latinoamérica. Son geniales las notas sobre Siqueiros y La revolución mexicana. Saludos desde Argentina y gracias eternas.
Gracias a ti por compartir tu obra en nuestro sitio, así como por tus palabras. ¡Saludos hasta Argentina!
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