Cecilia Magaña nace en Ciudad de México en 1978. Radica en Guadalajara desde 1988. Se formó en los talleres de SOGEM y el FCE. Ganó dos premios literarios nacionales y fue becaria del programa Jóvenes Creadores del FONCA con el proyecto de novela Old West Kafka. Ha publicado dos libros de cuentos: La cabeza decapitada (Premio Gilberto Owen, 2010) y Silenciosa y Sutil y participado en las antologías Lados B 2015, Catedrales en la Arena y Cuatro Estaciones. Imparte cursos de Narrativa en el CAAV, la Agencia Cultural Artefacto y la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega.
¿Estudiaste psicología y artes plásticas o esta segunda es un dato falso? Cuéntame sobre eso…
Cecilia: sí, estudié psicología y solo un semestre de artes visuales para la expresión plástica pero la abandoné, no me gustó, lo intenté por un trabajo en donde yo daba clases como maestra de dibujo, entonces me sugirieron el estudiar una nueva licenciatura pero ahora en artes plásticas, sin embargo, a la par me fueron surgiendo nuevas oportunidades laborales, entonces dejé la licenciatura en artes, si me gustaba pero no era mi objetivo estudiar una segunda licenciatura… ese es el origen de esa de ese dato extraño (risas)
¿Cómo surge tu interés por la escritura y cómo se construyó ese proceso en ti?
Cecilia: Lo que pasa es que yo desde chava, como a los 8 años ya quería ser escritora luego ya cambias a otras ideas y todo pero en la adolescencia esto seguía siendo algo importante para mí. Consideré la carrera de letras, pero debo decir que me parecía que estaba muy enfocada para la formación académica y no tanto para escribir, entonces es que decido estudiar psiclogía pensando en aprovecharlo para crear personajes… recuerdo que en las presentaciones con los maestros esto era muy frustrante para ellos y me preguntaban que para qué elegí esa carrera y mi respuesta siempre era la misma: para hacer personajes complejos.
¿Cómo combinas la labor docente y la creación? Ambas son muy exigentes.
Cecilia: bueno la verdad es que de alguna manera todas las materias que doy ahora afortunadamente tienen que ver con creación, entonces siento que de alguna manera el estar siempre piloteando ideas con otros, generando historias y personajes me sirve para mis propios procesos y entonces no siento que mi chamba esté fuera de onda de lo que estoy haciendo lo que si es que me absorbe mucho tiempo entonces tengo que separar tiempo para lo que es mi escritura, mi trabajo como creadora con el de la docencia y a veces eso sí es muy complicado.
Lo que también sucede es que tengo un grupo de amigos que escribimos y nos vemos todos los jueves. En estos encuentros, tenemos que llevar un adelanto de lo que estamos escribiendo, entonces este compromiso de que cada quien va avanzando en sus proyectos hace que entre todos nos reatroalimoentemos con nuestros avances y esto me ha ayudado a tener la disciplina de estar generando contenido periódicamente.
¿Cuáles son y han sido los móviles en tu vida ( o inspiraciones) al momento de crear tus historias?
Cecilia: creo que de alguna manera han sido diferentes, justamente depende de la historia. Hubo un libro de cuentos que se llama “La cabeza decapitada”, que surgió de un recuerdo de mi hermana y yo de pequeñas cuando íbamos a una de estas ferias que se instalaban en los parques urbanos. Ahí hacían un espectáculo chafísima de una persona con la cabeza decapitada y era un señor con una charola y un efecto visual abajo para que no vieras el cuerpo y te contestaba cosas y el recuerdo de ese truco que era muy ridículo pero que nos hizo reír mucho a mi hermana y a mí cuando éramos niñas provocó que escribiera esto. Después empecé a pensar más bien en una colección de cuentos donde cada uno tuviera que ver con la cabeza desde diferentes modos, por ejemplo: la relación con ser cabeza de familia, cortarse la cabeza para no pensar, perder la cabeza por la ira o por el amor, etc… entonces todo el concepto surgió de un recuerdo.
Pero en otras historias , el móvil puede ser una lectura, como en la novela que se llama: “Old West Kafka”, que surgió de la lectura de Kafka tal cual. Me gustó muchísimo la Metamorfosis en la adolescencia y justo cuando andaba en el rollo este que tenía que estudiar una segunda licenciatura que yo no quería cursar, mientras hacía los trámites llevaba conmigo un libro de bolsillo El Castillo de Kafka que es súper deprimente y terrible; entonces le estaba leyendo ahí haciendo colas y trámites, mientras me hacía muchísimo sentido, pensaba en escribir una versión contemporánea de esto o hacer algo con todas esas experiencias y al final no fue algo contemporáneo fue un una historia de vaqueros porque también me influye mucho lo que veo. Soy consumidora de medios audiovisuales, me encanta el cine y me encantan las series y en este momento de los trámites y de Kafka, acababa de ver una serie de vaqueros, entonces es como si metiera en una licuadora elementos y de ahí surgiera una mezcla y diera como resultado una historia.
Justo ahora que mencionas tu interés y pasión por el mundo cinematográfico, cuéntame un poco del proyecto Juego de Pomos.
Cecilia: Sí, comenzó con una amiga que se llama Adriana Martínez, ella es dibujante y nos conocemos desde la primaria, pero ya sabes, cada quien hizo su vida y luego nos volvimos a encontrar y platicando de Juego de Tronos, la serie, surgió la idea de hacer un podcast.
Todo empezó por reseñar ésta serie, ya que estábamos muy impactadas por lo que estábamos viendo y necesitábamos digerirlo y no era suficiente platicarlo entre nosotras y ella dijo pues yo tengo muchas ganas de hacer algo para youtube y entonces empezamos junto con otra amiga que se llama Romina Ojeda y bueno pues se acabó Juegos de Tronos pero seguimos generando materiales de otras cosas que nos gustan y ahora que ya se acabó definitivamente la serie pues se ha conservado como con el nombre de Juego de Pomos aunque ahora también incluimos reseñas de libros y están participando otras amigas, escritoras, creadoras, que veían el programa y ahora ya están participando. Y la idea también es hacer de estas conversaciones algo no muy serio, con un lenguaje de pronto muy soez y mientras estamos bebiendo algo, eso también es parte central de concepto.
¿Y sobre el proceso de publicar? Sé que no es fácil todo este camino, ¿Cómo ha sido en tu caso, a qué experiencias te han enfrentado?.
Cecilia: Claro, no es nada fácil. Creo que soy muy afortunada, ahora mismo estamos en la FIL y es como una lección de humildad porque ves infinidad de libros y montón de editoriales donde hay niveles de las mismas editoriales y publicaciones y por lo tanto de oportunidades, de puertas que se abren… Yo estoy súper agradecida, ya que si bien ha sido cosa de picar piedra, que esa es la clave creo que es en todas las áreas creativas. La verdad es que empecé publicando en revistas, empecé buscando convocatorias de revistas literarias o revistas que admitieran cuentos o que lanzarán convocatorias y ahí fue donde empecé y mi sueño era que alguien leyera algo mío en una de esas revistas y que de ahí quisiera publicarme un libro, pero bueno, eso no ocurrió , no pasa así, porque creo que también tenemos mucho esas fantasías pero se trata de insistir, de estar ahí.
Lo siguiente que pasó fue que tuve que pensar en armar una colección de cuentos, porque si quería aspirar escribir un libro pues nadie me iba a publicar un cuento o mis mejores cuentos de chile, mole y picadillo. Tenía que armar algo bien estructurado. Con esto concursé y recibí un premio, que si bien no incluía la publicación, si me dio las herramientas para poder tocar puertas y así fue como la editorial Arlequín, una editorial de prestigio, independiente y local, les gustó el libro y lo publicaron y ese fue mi primera publicación formal pero también hice auto publicaciones con amigas y con amigos. Esto también es muy importante de pronto justamente es como que sientes que tienes que esperar a que se abran las puertas y a veces tú tienes que hacer tus puertas, entonces una manera de hacerlo también fue en colectivo. Nos juntamos entre varios hicimos una colección de cuentos en donde bueno, sí hubo todo un trabajo de elegir el material, corregirlo muy bien entre todos pagar la publicación y presentarlo. Y así es como te vas dando a conocer, como la gente te ubica, se abren otras puertas, te vas conectado y así es como llegué a la editorial Paraíso Perdido.