Deceiver, de DIIV

¿Cómo te ha ido este año? ¿Has podido abrazar a los tuyos? ¿Tuviste la oportunidad de hacer algo para ti mismo? Son algunos cuestionamientos en los cuales divago de cara al último tercio del año. Tal vez tratando de encontrar una forma de evaluar el nivel de congruencia en el cual  me siento respecto a mis últimos propósitos o también de que tanto entiendo mi entorno y como  empatizo con él. Esto me resulta de suma importancia pues mantenerse sobrio en diversos  aspectos es jodidamente difícil. Pienso que, en la autocrítica, no hay individuo más complicado  que uno mismo, porque aceptar que no tomamos las mejores decisiones o actitudes, cuesta,  avergüenza y duele.  

De frente a un espejo, con la incertidumbre en la espalda y los hechos en las manos, por fin repasamos nuestras necesidades y prioridades. Pues en general, no hay proceso del que  escapemos más que la recuperación o reconciliación, propias y necesarias de los días donde todo se sale de control y las ideas andan sueltas y sin medida.  

En el Deceiver de DIIV encontramos un testimonio crudo de que la luz al final del túnel no es una  garantía y que realmente nunca lo será. Si tomamos el lado objetivo de esto, podríamos  entender que comenzar desde cero una y otra vez, será una fuerte posibilidad más que una  eventualidad, para lo cual será necesario encontrar pronto una válvula para drenar todas esas ideas que no se sostienen, pero que casi ahogan.  

DIIV

Un álbum clasificado por la mayoría en el shoegaze, cuanta con las virtudes necesarias para  acompañar una expedición a la autocrítica con letras muy puntuales y poco rebuscadas, pero con un sonido más que curado, justo ahí la razón de apostar por escuchar a una banda como  DIIV. Como ellos lo hacen con el sonido, no hay más camino que comprometerse con la realidad  al menos con la que alcanzamos a divisar y es que de por medio esta lo más valioso, que es  cada uno de nosotros, escucharnos para entendernos y después aceptarnos, servirá para cuando tengamos que empezar de nuevo y nos preguntemos si esta vez sabremos elegir mejor.  

Aunque a veces sonría creo que el tiempo siempre será un enemigo, al menos siempre en estos casos, insensible y con prisa nos persuade con la responsabilidad de tomar decisiones sin  condolencia, sin temor a que en el proceso podamos herir a iguales o a nosotros mismos,  derivado del mismo desconcierto. De esta manera propongo que flotar en la melodía haciendo un ejercicio de autocrítica sana será de las mejores herramientas para hacerle frente a los embates del tiempo y su salto al vacío. 

DIIV es una banda de Brooklyn, Nueva York, conformada por:  Zachary Cole Smith [voz principal, guitarra], Andrew Bailey [guitarra], Colin Caulfield [voz y bajo] y Ben Newman [batería]. En un principio, la banda se llamaba Dive, en una especie de referencia a los integrantes y sus signos zodiacales que tienen mucho en común, pero con el paso de tiempo, el nombre mutó a DIIV, con el cual permanecen hasta la actualidad. Debutaron en el año 2012 con su álbum Oshin, en 2016 sacaron Is The Is Are y en 2019, Deceiver, el disco que nos tiene ensayando está reflexión a modo de recomendación musical.