En esta Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2022 el escritor mexicano Julián Herbert tendrá un par de actividades que se salen de lo habitual: La presentación El Tarot de la taberna, lectura de cartas y ritual, junto con Sixto Rey (miércoles 30 de noviembre, 20:00 a 20:50, Salón 6), y Literatura yonqui: un viaje psicoactivo a través de las letras, con el personaje Lugo Potamio (viernes 02 de diciembre, 10:00 a 11:20, Salón 6).

Antes de la feria, Julián platicó su relación con algunos métodos de lecturas y vínculos entre consciente e inconsciente: “Hace unos años di una clase llamada Raíces filosóficas de la psicología. La di durante 5 o 6 años, en la Escuela de Psicología. Era una clase sobre ritos funerarios, adivinación, alquimia, distintos mecanismos de pensamiento que utilizaron civilizaciones para interactuar en un plano de vínculos entre consciente e inconsciente. Tenía la referencia del tarot, la usaba como referencia, pero nunca realmente le entré. Con lo que jugaba y trabajaba era con el I Ching”.

Después de ese primer acercamiento llegó de lleno al tarot para realizar este proyecto: “Hace 4 años en 2018 entré en un proceso de rehabilitación. Cuando salí del internamiento empecé a vincularme con distintas herramientas. En 2019 el entonces Miguel Canseco se acercó y me comentó que estaba haciendo un tarot y quería que escribiera el manual. Le dije que no sabía nada de tarot. ‘No quiero que sepas de tarot, quiero que sepas de lo que te pasó’. Miguel, el autor gráfico de este tarot, tiene una historia paralela. Era funcionario público y en algún momento tuvo una crisis de salud muy profunda y decidió abandonar la vida burocrática y dedicarse a leer el tarot y hacer arte gráfico. Trabajamos a raíz de esos dos procesos de confrontación con el cuerpo y la salud física y mental. Mi inclusión en el tarot fue empezar a hacer lecturas con él, es un gran tarotista. Él inicio un viaje mucho más radical, hasta llegar a una transformación de identidad. Este es el último producto que firmó con su nombre de Miguel Canseco, en la presentación ya aparece como Sixto Rey. Es un personajazo”.

El proceso de creación tuvo varios caminos: el de Julián escribiendo por separado, Sixto Rey en el arte gráfico por su cuenta y una serie de lecturas conjuntas: “Desde el principio decidimos trabajar de manera independiente. Yo no iba a ver su trabajo ni él lo que yo estaba haciendo yo. Nuestra interacción fue con un equipo de 8 personas que reunimos, cuatro hombres y cuatro mujeres. Con esa ronda nos reunimos varias sesiones a hacer lecturas. A partir de esa experiencia performática desarrollamos ese proceso: primero Miguel entrar en los arcanos y explorar. Los leímos con distintos mazos. Él investigó biográficamente. El primer arcano que hizo fue El Loco, un día en Baja California y alguien lo llevó a leerle el tarot a las ballenas. En ese viaje empezó el discurso con el que está hecho. Está lleno de esas cuestiones literarias, simbólicas. La idea del barco de los locos, un concepto medieval. Mientras Miguel estaba haciendo sus investigaciones yo hice un rack, una especie de caja de texto con siete entradas: cada carta, arcanos menores y mayores, tiene el nombre de una forma tradicional de conocimiento. La manera en que están escritas es como un poema móvil, fragmentario, construido con base en la experiencia de lectura”.

Para la escritura Herbert recurrió a métodos vanguardistas, popularizados a comienzos del siglo pasado: “Cada día escribía una de las entradas con mecanismos de escritura automática, con fragmentos de lo que leía, frases que escuchaba en la calle, preguntas que le hacía apersonas, fragmentos de textos que escribí en otras épocas. Son mecanismos muy aleatorios”.

Pese a esa manera de afrontar esta escritura, el proyecto del tarot es una obra que se aleja de la bibliografía de Herbert, más conocido como narrador y poeta: “Por una parte sí creo que está lejos de los terrenos que he visitado antes, pero eso se me hizo muy atractivo. Me gusta explorar cosas nuevas. Fue una gran experiencia. Por otra parte sí hay una conexión con dos aspectos que para mí fue muy importante interiorizar: en 2009 tuve un taller, un proyecto de poesía objetual y performática. Desde entonces he trabajado en poesía interdisciplinaria, y el mecanismo de este tarot me parecía que tenía un poco de eso. La idea de lo aleatorio, lo colaborativo, me parece un territorio familiar. Por otro lado el proceso en el que entré hace unos años, que modificó mi sentido de la realidad, implicó nuevas formas de acercarme a la noción de consciencia. Ahí viene la segunda parte de lo que hacemos, como la lectura en Guadalajara”.

El autor adelantó un poco sobre lo que sucederá en la FIL Guadalajara el próximo miércoles: “Por supuesto vamos a hablar del proceso creativo, sobre la tradición: el tarot y su vínculo con la alegoría petrarquista (el tarot y Petrarca tienen un origen en común, el financiamiento de la familia Visconti). Lo que Miguel y yo hemos hecho desde que este tarot apareció es leer juntos. Es una cosa verbal, performática y visual. Es una lectura colectiva y a dos voces. No puedo describir lo que pasa, pero se hace una energía muy cabrona. Es una experiencia de intercambio de energía emocional, de intercambio en el ámbito de lo verbal. Porque finalmente hay un aspecto escrito, y también hay una lectura en el sentido semiótico de las imágenes: es una oralización de símbolos, signos e incluso de alegorías. Es un proceso de semiótica muy intenso, oralizado, que para mí se conecta con las formas de la poesía. Está la alternancia de voces. Algo que sucede cuando leemos en voz alta, con público, es que la gente hace preguntas y empiezan a construir una serie de secuencia. Alguien hace una pregunta personal, y si alguien más hace otra pregunta también personal se va conectando con la anterior. Eso hace una sensación de la experiencia de lo individual colectivizado. Eso ha sido un mecanismo poético interesante. Es una experiencia muy conectada con la lectura colectiva de poesía. Lo que más me interesa, más que la parte cultura e informativa, es el aspecto performático. La noción del lenguaje sucediendo de manera colectiva”.

Este mazo de tarot lo produce El Cerdo de Babel: “Uno de los mejores bares del mundo. Está en Saltillo, la ciudad donde vivo. Sus dos dueños son muy chingones, hacen muchísimas cosas. Tienen mucha participación en la vida social, han hecho periodismo, arte conceptual, trabajan como editores, promueven músicos. Con Miguel iniciaron este proyecto”.

Es en blanco y negro, lo cual lo hace distinto a otros. Otro aspecto que suma es que el tarot lleva la historia de los tarots: “es una experiencia cultural, conocer los tarots detrás, de la tradición, y sobre eso la experiencia de artista de Sixto y su experiencia como alguien que ha estudiado el hermetismo y la gráfica mexicana. Por ejemplo, El Ermitaño de este tarot es un retrato del pintor Arturo Rivera. Hay ese tipo de cosas que algunos identificarán, ese tipo de guiños”.

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Además de esta sesión de presentación y lectura de tarot, Julián Herbert participará con el personaje Lugo Potamio, una personalidad de internet cuyo tema central son las drogas. Para Herbert esta será una experiencia novedosa, pues será la primera vez que comparta mesa con un personaje ficticio: “No sé que va a pasar, pero encantado con la idea. Voy a estar con este personaje”.

El tema y el público joven al que está dirigida la actividad son una buena oportunidad para hablar de la experiencia propia: “Me parece un acercamiento muy interesante, una oportunidad para dialogar con un sector con el que no siempre platico: los más chavos. Mi relación más fuerte es en Guadalajara cuando voy a una prepa, con los Ecos de la FIL. Durante muchos años di clases en prepa, ya no me alcanza el tiempo para eso. En universidad daba en los primeros años. Una cosa que me emociona es el público, y con Lugo. Nunca he hecho algo así. El otro tema es el acercamiento que se propone sobre las sustancias. Creo que estoy en un momento ideal para exponerlo desde ahí. Llevo cuatro años sin consumir, para mí ha sido importante construir interiormente un discurso que no sea de ‘puta arrepentida’, esa sensación de satanizar las sustancias. Es muy común entre quienes entran a procesos de rehabilitación”.

Desde su perspectiva es importante hablar del tema de manera clara y con información precisa: “Me interesa mucho entrar en el territorio, acercarnos al tema con sensatez, sin satanizarlo y buscando conexiones: conocimiento de lo que significan las sustancias, en términos cognitivos, orgánicos, neurobiológicos, y también en la cultura, con la literatura. Vamos a hablar desde De Quincy, pasando por los Beats, hablando un poco en lo yonqui de la literatura mexicana. Espero que hablemos también sobre el alcohol. En realidad la sustancia más presente en nuestras vidas y en el discurso literario es el alcohol, más que cualquier otra. La idea es acercarnos al tema desde la literatura, narrativamente, procesos de inspiración, los testimonios. Y claro, lo que significan las sustancias adictivas para el cuerpo: cómo se procesan, qué efectos a corto, mediano y largo plazo tienen. El plan es hacerlo entretenido”.

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Otras actividades e Julián son presentaciones de libros de autores como Ximena Santaolalla, Franco Félix, Benito Taibo o el italiano Nicola Lagioia, de cuya novela La ciudad de los vivos comentó: “Es impresionante la manera en que utiliza la información que existe, hasta la información climatológica, para crear mecanismos de novela… porque es una novela aunque funcione como reportaje. Creo que va un paso más para allá que Capote en el uso de la técnica. Además el retrato que hace de Roma es espectacular. Estoy impresionado. Es muy bueno”.

Pueden hacer la consulta de las actividades de Julián Herbert en FIL Guadalajara aquí.