Foto obtenida de FIL 35

Durante la edición 35 de la Feria Internacional de Libro de Guadalajara, se presentó la mesa: ¿Ovejas negras? Lo incómodo en la literatura, con Camila Sosa, Julián Herbert y Tamara Tenenbaum, moderada por Andrea Jeftanovic. La ruptura con sus orígenes, es con la premisa que abre la mesa Andrea.

Inicia Camila y dice que ella no ha roto con sus orígenes, que los carga, que, en todo caso, con lo que ha roto es con lo políticamente correcto, pero no ha roto con su familia. Ahora, claro está que sí he me he opuesto a cosas que me ha impuesto mi familia, pero no he roto con los vínculos.

Herbert dice que también coincide con Camila, aunque si él señalara rupturas es como lo señala Bowie  sobre las renuncias. La reconciliación con el origen. Ese es otro aspecto al que yo sí me adscrito. Es una elección sobre aquello con lo que decido obedecer. Mi mayor renuncia ha sido de romper con las drogas y con el alcohol.

Por su parte, Tamara cuenta: yo tampoco he roto con mi familia, ojalá pudiera, pero con lo que sí he roto es con la tradición, con lo que se esperaba de mí. Así como convivir con mi familia en mis propios términos.

Camila menciona que quizá la palabra no es romper sino traicionar. En ese sentido, yo sí los he traicionado profundamente a todos, y creo que todos en esta mesa lo hemos hecho.

Muchas veces se habla del cuerpo en un sentido teórico, dice Andrea Jeftanovic, pero en el caso de ustedes sí han puesto el cuerpo de manera real y ha sido parte de lo que ha alimentado su propias escrituras.

Julián comienza contando que él pesaba 140 kilos, así que es un ejemplo más actual y directo de lo que dices. El sentimiento del dolor a través del dolor físico. Eso es un aprendizaje genealógico. Ahora, el placer es también lo necesario como contra-relato.

Camila menciona que ella necesitaba que todo lo que ella escribiera estuviera dado a través de la piel, como acto íntimo, en principio, para ella misma.

Tamara menciona que ella, al contrario que Camila, tuvo una vida muy recluida y eso la hizo desear vivir de todo y eso es una pésima manera de vivir. Pero quise hacerme de marcas, llenarme de ellas.

Camila dice que, quizá lo que pasa es que muchos de los escritores que leemos nos han escamoteado mucho el cuerpo, y nosotros lo que hemos hecho es ponerlo a rodar.