Foto: Lucía Ges

La escritura vasca Uxue Alberdi estuvo presente en durante la edición 35 de la Feria Internacional de Libro de Guadalajara. Uno de los varios eventos en los que participó fue en: Literatura, música y rebeldía: una conversación con Uxue Alberdi, junto a Mariño González.

Uxue se define como escritura, pero también como versolari, creadora de versos. Mariño, tras darle la  bienvenida, le pregunta sobre su novela Jenisjoplin. Ella menciona que su familia estaba a favor de la lucha por la lengua e independencia vasca, y yo fui muy amiga de los rebeldes de quienes estaban en los márgenes. Mucho de la ambientación de la novela tiene su base en todo eso con lo que yo conviví. Además, mi padre es profesor de euskera y es lingüista, mi madre es librera. Desde la infancia estuve impregnada de la cultura vasca, así que en medio de todo eso es que se gesta la novela. 

Nagore Vargas o Jenisjoplin es el personaje central de la novela, ambientada en el pos franquismo, una época muy convulsa, con todavía mucha esperanza, pero también con muchos problemas sociales, económicos, en donde la heroína toma protagonismo en en el mundo joven del País Vasco.

La protagonista, como dicen por ahí, muere de vida. Es lo que le pasa a Nagore, quien en determinado  momento es diagnosticada con VIH. 

Mariño de pregunta por esta mezcla que habita en su obra de diversos géneros, la novela, el ensayo. Uxue le contesta que seguramente tiene que ver con que su madre es bordadura, tejedora, y eso ha hecho que ella teja diversos intereses, diferentes hilos guía en sus inquietudes. Es lo que yo he tratado de hacer con mis obras en relación con las historias que en determinado necesito contar.

La bertsolaría ha sido un  espacio en donde muchas mujeres pudimos  re-pensar nuestro feminismo, nuestro cuerpo, nuestra propia rebeldía.  Así que el cuerpo, claro, es lo primero que ponemos como inicio de nuestra propia escritura.

Hay muchas escuelas de bertsolari. Es conversar en verso. Casi siempre se hace a capela. Es una disciplina de las más importantes en el país Vasco, de la que se tiene registro desde 1492, pues a una mujer bertsolari se le acusa de instar a la rebeldía. Y esto nos lleva a pensar cómo la historia de las mujeres ha sido borrada tantas veces que por eso creemos que nuestras generaciones son las primeras en librar ciertas batallas, cuando no necesariamente ha sido así. 

«Me interesa la literatura de los márgenes».

Yo soy en euskera, mi relación con el euskera es ser yo. Responde Uxue a la pregunta de Mariño sobre su idioma. Somos un millón de habitantes vascos, así que sabemos que si no lo hablamos nosotros el vasco se va a extinguir. No es lo mismo hablar una lengua hegemónica que una que no lo es. Una mente monolingüe piensa que el mundo solo se puede pensar, habitar a través de una sola lengua, y eso sabemos que no es así los que transitamos distintas lenguas.

Ahora, aunque el español es para mí una gran lengua, también es la lengua opresora de mi pueblo. Así que tengo una relación ambivalente. Los agentes del poder en el país vasco solo hablan en el castellano, por ejemplo, los policías.

«El vasco es resistencia, es el símbolo de cómo hemos luchado por sobrevivir a través de los siglos como comunidad».

En el sistema hegemónico español, tratan a las lenguas minoritarias como meros borradores, y aunque yo no tengo nada contra España o el español, yo no soy española, yo soy vasca. Y además, no podemos separar la lengua el lenguaje, del cuerpo, por eso son nuestros medios para dar la batalla ante cualquier opresión.

«Los seres humanos nos caracterizamos  por narrarnos, es una necesidad de nuestra especie».

La rebeldía en soledad es sufrimiento, porque es incomprensión. Entonces, la rebeldía es hecha en común, y es alegría por ese mismo compartir en comunidad.

Alguna vez escuché a alguien decir que los libros que se les quita el sufrimiento no son literatura, porque no tienen la herida necesaria para ser literatura. Y así lo creo.

Fotos: Lucía Ges