La película española, Mi vacío y yo, dirigida por Adrián Silvestre, gana Premio Maguey a Mejor Película, en el marco de la edición 37 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
Protagonizada y basada en las experiencias personales de Raphaëlle Pérez, Raphi, la cinta obtuvo el galardón este sábado durante la gala de clausura en la Sala Plácido Domingo del Conjunto Santander de Artes Escénicas, sede principal del FICG. “Es un honor estar aquí en Guadalajara y recibir este reconocimiento en Latinoamérica”, dijo Raphi al recibir el Premio Maguey. “Quiero dar las gracias a mi maravilloso director, a mi productor, a todo el equipo y al público. Muchas gracias”.
Adrián Silvestre compartió su emoción de vivir este momento junto a sus colegas en la capital tapatía: “México nos ha tratado divinamente. El contacto con el público ya era nuestro premio, con la maravillosa acogida que hemos tenido. Cómo han conectado con la historia de Raphi nos han hecho sentir que a pesar de venir tan lejos estamos muy cerca. ¡Qué viva Guadalajara!”.
Finalmente, el productor del filme, Javier Pérez Santana dedicó el premio «a cualquier persona que transgreda las normas para hacer un mundo más justo».
“Mi vacío y yo” tuvo su estreno en Latinoamérica con dos proyecciones en el FICG. Su premier mundial ocurrió en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam (IFFR), en enero de este año. La ruta de exhibición continuó en otros encuentros como la II Muestra de Cine LGTBIQ+ Endimaris Sitges y la edición 25 del Festival de Málaga, donde ganó la Biznaga de Plata, Premio Especial del Jurado.
La trama sigue la historia de Raphi, una persona joven, andrógina diagnosticada con dismorfia de género que inicia un camino para asumir su identidad. Su transformación es acompañada por las experiencias de amigas trans, artistas queer y hombres cis que conoce por aplicaciones móviles y que le ayudan a encontrar un espacio en este mundo lleno de prejuicios. Las anécdotas plasmadas en pantalla están basadas en las experiencias personales de Raphi, quien colaboró en el guión junto a Carlos Marqués Marcet y el director Adrián Silvestre.
El Premio Maguey reconoce el cine que difunde y promueve las historias con temática LGBTQ+ de todo el mundo. En la onceava edición de este premio compitieron 13 largometrajes provenientes de nueve países, entre ellos México, España, Australia, Israel e Irlanda.
Su ruta de festivales por el mundo continuará en el Frameline Film Festival de San Francisco, con una función en el Roxie Theatre el 24 de junio y una proyección en línea que estará disponible hasta el 30 de junio. “Mi vacío y yo” es una producción realizada por Testamento, Promarfi Futuro 2010 y Alba Sotorra Cinema Productions.
En entrevista, Raphi y Adrián nos compartieron su experiencias al llevar a cabo ésta película:
Adrián Silvestre
El contexto social que vive Raphi en la España actual, ¿si muestra los cambios positivos en cuanto a este tema, hay más apertura y respeto?
Sí, es verdad que tanto esta película como la anterior, “Sedimentos”, ambas forman un díptico y es el resultado de mi experiencia en convivencia con una comunidad de mujeres trans, en un contexto donde el debate estaba en la agenda pública en los medios, porque recientemente se había aprobado la ley trans, es una ley que entra dentro del marco de la nueva ley LGBTIQ+ y entonces de repente pues se han marcado en ese contexto y ha servido como una herramienta de diálogo pero es verdad que nosotros no lo hicimos con esa motivación ni surgió en este momento sino cuando empezamos a hacer varios talleres de cine, a recopilar historias, empacar este proyecto con una motivación más bien personal, no tanto política o militante.
En cuanto a lo que comentas el contexto en España pues bueno yo no soy un experto, soy cineasta pero bueno, en cuanto al transgénero pues sí que me gustaría pensar que las cosas están cambiando, en donde hemos conseguido conquistar ciertos territorios donde cada vez se habla más del asunto, donde en grandes ciudades como Barcelona pues ya tengo la suerte de conocer cada vez más personas trans con un apoyo familiar, con éxito profesional pero también es cierto que seguimos viendo que todavía hay feminicidios, crímenes de odio y definitivamente queda mucho por hacer.
¿Es una mezcla entre documental y ficción?
Es una ficción completamente porque lo que ocurre está mostrando a través de una puesta en escena y porque hay intérpretes profesionales que interpretan a personas que pasan por la vida de Raphi, pero toda la historia es real y en su historia personal no hay nada inventado; pero claro es una ficción porque esto lo hemos puesto en escena, lo hemos creado.
Cuando dices que hoy en día las personas somos tratadas como productos de mercado, entre líneas ¿en la película hay una crítica a ello?
Claro, pues es que al final, somos productos culturales y se nos acaba poniendo también una etiqueta y tenemos que ser conscientes de eso y jugar nuestro favor, en la película con Raphi, se expone a las dinámicas de las redes sociales y es un lugar que a ella le afecta mucho en ese proceso de forjar su identidad porque evidentemente cuando nos exponemos en una red pues somos un perfil y un número de fotos y somos un producto y podemos ser descartados o seleccionados en cuestión de segundos y bueno esto tienes que tener también la mente muy asentada para poder asimilarlo y que no te afecte en tu vulnerabilidad.
Raphi
Raphi es una chica que tiene un trabajo, vida social, un círculo de amigos, pero ¿qué pasa con las personas que viven historias similares a la de tuya pero que están en la marginalidad, ¿Cómo crees que viven y enfrentan este proceso?
La verdad te diría que que sí, pero quizás lo veo también desde una perspectiva un poco diferente porque al ser francesa pero que vive en España y es un país que he elegido porque realmente me siento muy bien me siento muy acogida me siento aceptada o sea tengo una vida normal no sé cómo decirlo de otra manera me siento realmente yo, pero es verdad que a veces puede haber todavía un poco de discriminación en algunos lugares algunos sitios pero viniendo desde Francia no tiene nada que ver o sea me siento mucho más aceptada en España que en Francia, y creo que España es uno de los países más avanzados en estas temáticas a nivel social dentro de Europa.
Una vez que pasa todo el rodaje y el proyecto reposa, ¿cómo te ves en ese reflejo al ver la película?
Ha sido realmente un vértigo para mi, porque no vengo del mundo del cine, esta es mi primera película no había estudiado interpretación tampoco y verme por primera vez en una pantalla tan grande en un cine, si fue un gran vértigo pero has hablado de reflejo y realmente es lo que me ha pasado o sea ha sido verme en ese espejo y claro que tenía mis dudas, mis miedos pero fue verme como en un espejo y reconciliarme con este reflejo, conmigo misma así que ha sido algo bastante mágico este proyecto.
Los prejuicios sociales, las ataduras, los malos juicios que creamos en sociedad, ¿crees que si se modifiquen en futuras generaciones y seamos testigos de ese cambio?
Exacto, yo me considero totalmente afortunada por mi situación porque sé que es verdad que en la comunidad trans sigue habiendo muchísima discriminación a nivel laboral muchísimas personas trans les cuesta encontrar trabajo digo, por otra parte no es imposible, soy el ejemplo y es lo que estamos mostrando en la película también y de que no hay que perder la esperanza porque hay posibilidades también, hay camino que recorrer todavía porque bueno no todo está de color de rosa ahí y además con la perspectiva política que se está dibujando con un auge de la extrema derecha a pesar de lo que te he dicho antes de que me siento bien en España pero debemos tener muchísimo cuidado porque todos los avances que hemos tenido hasta ahora se pueden volar de un día para otro y eso también hay que decirlo y tenerlo muy presente.