Sanctorum (2019) de Joshua Gil es una docuficción que plantea la problemática del campo mexicano cuando comunidades indígenas se enfrentan al conflicto con el crimen organizado, debido a que por buscar mejores rendimientos en las cosechas sus sembradíos dejan de ser de maíz, frijol, arroz y cultivan amapola, mariguana, etc.

Esta dinámica compleja que enfrenta el campo mexicano, que está deshauciado a causa del abandono total por parte del Estado, deriva en que los campesino realicen acuerdos con estos grupos delictivos que los explotan y los terminan matando. Este híbrido que plantea Gil de forma genuina, donde por un lado nos sumerge en esta problemática, nos hace sentir que estamos dentro de esos espacios, caminado por esas espacios, adentrándonos en la montaña, con unos paisajes bellísimos propios del territorio nacional, pero que en esta mezcla visual y narrativa lo vuelve áun más poderoso.

De los grandes aciertos de esta película está la mezcla entre un realismo mágico propio de la comunidad de esta zona oaxaqueña, donde se mezclan también los sueños de un niño, la esperanza, la tristeza, la rabia, la violencia; y todo lo que viven y padecen quienes cada mañana van a cultivar esos sembradíos.

Es una película que atrapa desde la primera escena, que nos sumerge audiovisualemente, nos hace involucrarnos con lo que se está contando conforme avanza el filme. Sentimos empatía, rabia, dolor, tranquilidad, deshazon y todo esto al mismo tiempo. El campo mexicano sobrevive en la marginalidad, sin embargo, el campo de los pueblos oríginarios se está extinguiendo y es justo ahí, bajo esa mirada apocalítpica más no exagerada, que Joshua nos plantea un campo agonizante que se asfixia bajo el yugo del crimen organizado de un Estado que no presta atención a semejante conflicto.

Joshua Gil Archivos - Máspormás
Joshua Gil. Imagen obtenida de Maspormás

La entrevista

Tu película es un híbrido entre fantasía y documental, nos colocas como espectadores en primer plano, somos testigos directos de lo que vamos viendo, sintiéndonos como dentro de ese espacio, de hecho el tiempo y el espacio narrativo son un tanto inmersivos… ¿cómo aterrizas para crear y tejer la problemática que plantea tu obra?

Joshua Gil: efectivamente, es una docuficción. Yo tenía mucho mucho ánimo de platicar y de hacer una película que hablara sobre la condición del campo y de los pueblos originarios, esta estrecha y desafortunada relación que existe entre el crimen organizado y el campo mexicano, esta relación de codependencia bastante insana. Quería, pues, hablar de las condiciones del campesino, y la manera que encontré fue mostrar dicha correlación. De allí es que nace la idea original, y también me serví de un texto que encontré en un periódico, si no me equivoco fue en el Washington Post o tal vez el New York Times, no estoy muy seguro, pero en ellos se hablaba de esta relación que existe entre campo mexicano, especialmente niños y mujeres que trabajaban cosechando mariguana amapola y, por otro lado, yo tenía esa sensación de quién más podría estar involucrado.

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¿Es entonces cuando te queda clara la idea central que rige el documental?

Joshua: Así es. Ahora, me acuerdo que por ahí del 2017, cuando la película estaba ya empezando a digamos gestarse en mi cabeza, cuando caigo en cuenta de que estamos ante algo súper apocalíptico: niños trabajando en campos de amapola. Yo no podía creerlo, entonces, me pareció que era el tono en el que tenía que hablar, pensar en que esto acelera dicho proceso apocalíptico, pues es la última situación en la que cualquier país quisiera o debería estar, convertirse en un país en el que los niños en lugar de estar en la escuela aprendiendo, están cultivando campos de mariguana, porque no hay oportunidades en la escuela.

Porque, además, el campo mexicano se tuvo que abir a ese tipo de cultivos, ya que son los que estaban dejando un poco de más dinero para las economías familiares campesinas. Así que era un estudio complicadísimo, así que me dije, bien, pues vamos a hacer algo que nos permita hablar de esto de una manera muy muy cruel y al mismo tiempo real, como lo tiene que ser, con esa fuerza y, por otro lado, con algo que nos dé un poco de esperanza y al mismo tiempo nos deje en claro la importancia que tiene la historia de estos pueblos, sus luchas, sus conflictos. 

Ahí fue cuando nace ese contraste de manera fantástica sobre sobre el fin del mundo y sobre personajes que son de como de diferentes mitologías, de diferentes visiones, que de alguna u otra manera se manifiestan a favor de hacer entender al ser humano que si vamos a seguir por ese camino de la de la no inclusión, entonces mejor empezar de nuevo, ¿no?

Sí, claro, es la respuesta ante esta situación que vive el campo mexicano prácticamente desde siempre. No es lo mismo sembrar maíz que amapola. Y respecto a este asunto de la legua mixe, pensando en que el cine también funge como un espacio de reivindicación para las lenguas de estos pueblos originarios… ¿tú te sumas a esta postura o se da de forma natural conforme vas conviviendo con esta comunidad?

Joshua: La lengua se le conoce como mixe, digamos que del lado mestizo, de nuestro lado, pero ellos la reconocen como lengua ayuuk, que es el propio nombre del pueblo. Entonces nosotros cuando hablamos sobre ella pues la referimos como ellos nos piden que nos refiramos. Ahora, el guion está en español porque yo no hablo ayuuk, sin embargo, cuando nos fuimos acercando a la comunidad para hacer esta película, todo tuvo una buena fortuna, por así decirlo, yo estaba buscando en dónde filmar, lugares y espacios para las locaciones y poco a poco fuimos acercándonos a ciertas esquinas del país en donde podría existir la posibilidad de filmar la película. Una de ellas fue Oaxaca como Estado, y una cosa nos llevó a otra, hasta que llegamos a la comunidad y comenzamos a entender un poco de la cosmovisión de ellos, a saber cómo se relacionaban con su entorno, con la naturaleza, con las artes también.

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Empecé a elegir los espacios, me dije, yo creo que aquí se puede filmar la película, aquí hay un entorno favorable, ahí están los espacios, hasta la mística está, el ambiente, así que empecé a involucrarme más con ellas y con ellos, hasta que cuando fue el momento de elegir al casting yo lo hice prácticamente eligiendo gente que estaba ahí digamos trabajando ya en la película, trabajando del lado de producción. Agricultores, choferes o amas de casa que estaban apoyándonos

Justamente en esa cercanía, después de varias semanas de trabajar juntos, comencé a analizar la posibilidad de que la película también estuviera hablada en su lengua. Creo que la gran ventaja era que todas ellas todas ellos hablaban español y yo creo entonces entre ellos se puede comunicar sin problema. Así que lo que hacía era pedirles que revisaran ciertas frases o textos de la manera correcta, como ellos quisieron entenderlo, y luego ellos se comunicaban en su lengua y, a la par, me traducían. Todo eso fue algo que permitió la cercanía con la que iniciamos la la estructura de la producción, de la de la propia película.

Imagino que así como se dio de manera órganica la decisión de que hablaran en su lengua, también fluyó el mismo desarrollo del documental.

Joshua: Totalmente. Creo que uno de los grandes logros de la película fue el cómo se planteó esta relación de respeto, de gran respeto para el acercamiento hacia la población, hacia la comunidad ayuuk que nos permitió filmar la película ahí, en sus espacios, su entorno, con su cosmovisión, con sus reglamentos. Esto es muy importante para nosotros quienes estuvimos trabajando un mes con la comunidad. Comenzamos diciéndoles quiénes éramos, cómo eramos, qué íbamos a hacer, tratando de mostrar respeto siempre, con lo que iba a suceder.

Estábamos en comunicación constante con la comunidad para que se notara realmente que había una organización clara de este lado, y eso creo que produjo un gran avance. Entonces, ya cuando empezamos a filmar, en realidad ya éramos amigos.

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Esto lo percibimos también como espectadores. Y en un tono más de tipo técnico,  en el aspecto de la distribución, ha pasado por varios festivales, pero sabemos que gente que acude a ellos o se interesa, tiene una familiaridad por este tipo de proyectos independientes, densos, ahora que también se estrenará en cines nacionales, ¿cuáles son tus expectativas?

Joshua: Pues antes que nada en el tema de la pandemia pues sí fue como una gran pesadilla, sobre todo para nuestro gremio, en el cual muy pocas personas tuvieron la oportunidad de trabajar durante ese tiempo. Muy pocas películas se exhibieron, y como se sabe, una gran mayoría fracasó en su búsqueda de exhibición y distribución, por lo tanto, nosotros creo que tuvimos mucha suerte también al lograr la distribución.

En nuestro caso, decidomos emorender el reto de distribuirla desde la propia casa, desde Parábola Cine Distribución, y así, emprender el ejercicio de distribución nosotros mismos, y creemos también que es un modelo de distribución alternativo, porque si bien estamos en cines comerciales también entramos a salas alternativas a circuitos de cinetecas, algunos cine club, en fin, la idea es tener un diseño de distribución perimetral que nos permita tener acceso a lugares donde poco veces se tiene la oportunidad de ver este tipo de cine, un cine con una manufactura bastante artesanal y que ha tenido un circuito de festivales muy interesante y bastante completo.

Eso es algo que nos sorprende porque la película estuvo en festivales casi dos años y medio, una cosa muy poco usual para un film, y bueno, también como parte de la pandemia tuvo una distribución poco usual en festivales, es decir, los festivales buscaban cada vez más y más películas que no habían sido estrenadas y en ese en ese tenor la película tuvo la oportunidad de viajar por todo el mundo. Esto permitió que ahorita pudiera entrar a México con la gran expectativa de poder tener un público deseoso de regresar a las salas a ver películas de cine mexicano diferentes.

Nuestro objetivo es tratar de llegar a públicos más grandes, pese a que sabemos cómo funcionan las salas tradicionales, sabemos que la expectativa ahí es corta, es breve, pero participar ahí ya es un verdadero logro, y posteriormente nosotros obviamente queremos ver cómo llevar la película no solamente en streaming, o a televisión abierta, en diferentes canales de distribución, los que sabemos que pueden contar público adecuado y en donde la gente también tiene ganas y derecho a algo así. Porque con la televisión abierta es complicado que películas en estreno lleguen inmediatamente, porque obviamente todo el mundo está buscando la retribución económica del film, sin embrgo, nosotros lo que queremos es que la gente hable de la película, que la vea, que la goce, que la critique, que nos haga llegar sus emociones, sus comentarios, y que nosotros podamos decir, okey, la película cumplió por fin con este sueño de hablar del la verdad, del problema del campo mexicano.

CARTEL

Sanctorum - SensaCine.com.mx

FICA TÉCNICA

País: México
Dirección: Gil; Joshua
Guión: Gil; Joshua
Producción: d’Ornano; Marion, Impreriale; Laura, Sosa; Carlos, Gil; Joshua
Fotografía: Gil; Joshua, Guzmán; Mateo
Sonido: Astorga; Ricardo, Treviño; Paul, Arias; Baruch, Belver; Raquel
Música: Herrera; Hilario, Duran; Galo
Reparto:Pérez Jiménez; Erwin Antonio, Pérez Vásquez; Nereyda, Vázquez Torres; Virgen, Bautista González; Javier, Martínez; Damián D., Díaz Gómez; Ofelia, Díaz Gutiérrez; Medardo
Dirección de Arte: Camacho; Rafael

TRAILER