Se celebró este sábado en el marco de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara el Foro El Racismo que México no quiere ver. Participaron: Yásnaya Elena Aguilar, Tenoch Huerta, Emiliano Monge, Brenda Lozano y modera Javier Moreno, director del diario El País, América.
Javier Moreno inició la charla hablando del momento en que tomó consciencia de su privilegio a partir de su color de piel. Él es español, así que, cuando llegó a México comenzó a entender el racismo a partir del tono de piel o su origen étnico.
Elena Aguilar mencionó que en México el racismo es un tema tabú, pues el término mestizo ha hecho difícil su identificación directa. El racismo fue instaurado desde el colonialismo y está cimentado en una base legal, justificado por el discurso científico y avalado por completo por las instancias gubernamentales. El racismo es un hijo del colonialismo, y el nacionalismo es, a su vez, un primito del racismo, que se desprende del patriarcado y está unido al capitalismo.
«Vivimos pues, en un sistema racializado impuesto desde el Estado y promovido desde su origen por las élites». Elena Aguilar
Emiliano Monge, por su parte, comenzó su participación hablando de la génesis del racismo con el colonialismo, donde, reitera, efectivamente, ahí se instaura. Trajo a colación el tema desde quienes practicamos el racismo, por ejemplo, dime de qué te ríes y te diré de qué privilegios gozas. Cuando yo menciono que tengo descendencia indígena, la gente ve mi color de piel, mi estatura, jamás el rastro de mi abuela maya.
«Dime de qué te ríes y te diré de qué privilegios gozas», Emiliano Monge
Después, Javier Moreno, lanzó la pregunta: cómo hacen las élites para defenderse, autoconservarse y reproducirse.
A lo que el actor Tenoch Huerta contestó hablando de la hegemonía cultural, leyendo un breve texto que retoma los postulados de Antonio Gramsci. Mencionó que al estar tan metido en un medio en donde tanto se trabaja el mundo de las representaciones, me encuentro con montón de anécdotas en donde el tono de piel determina tantas cosas.
El juego perverso de la élite donde solo puedes acceder a su status si empiezas a llegar a ser como ellas. Para ello debes comenzar por el color de piel, si tú no eres blanco entonces comienza por mejorar la raza: consíguete una güerita; así tus hijos puede que entren a esa elite. Y luego, para llegar debes empezar a comportarte como ellos.
«No hemos pensado en otra manera de ser élite». Tenoch Huerta
Por qué llegar a ser élite no significa ser algo distinto a esas ellos, por qué no el llegar es ser el que paga la piñata en la fiesta del barrio, por ejemplo. Por qué no nos contamos otra historia de nosotros, por qué la meta tiene que ser dejar de ser lo que somos. Concluye Tenoch.
Brenda Lozano comentó que el racismo no es como un virus que puedas aislar del capitalismo o del patriarcado, es algo interrelacionado, y que también, como ya lo reiteraron los demás, es instaurado el colonialismo.
Para Elena Aguilar, en realidad no se trata de quién es racista y quién no, sino de que entendamos que estamos en un sistema que a todos nos hace ser racistas. Está muy bien que se hable de esto y lo reflexionemos a nivel personal, no debemos pasar por alto el papel central del Estado en esta sistematización hegemónica del racismo y señalarlo.
La meritocracia es uno de los aspectos que a Tenoch le parecen más dañinos, ese échaleganismo (échale ganas). Cuando estudiaba actuación se encontraba con compañeros de clase social alta que repetían el discurso de que el jodido lo está por huevón. A lo que él les contestaba: ¿has tomado una combi a las 5 de la mañana para mal viajar, para llegar a un mal trabajo, mal pagado, para luego regresar a tu casa a mal comer, mal coger, mal dormir, despertarte de nuevo para mal desayunar, mal vestirte y volver a lo mismo? Los pobres no es que no le estén echando ganas, le echan un chingo de ganas, pero eso no les alcanza. No nos hagamos pendejos.
Continúa diciendo que si vas a llegar lejos en México en actuación debes ser de élite. En las artes en general, si no revisen los apellidos, son compuestos. Estudiaron en el mismo colegio. La mayoría de ellos están emparentados con las familias de poder.
Respecto a los apoyos gubernamentales a cultura, Huerta dice: yo estoy de acuerdo en que se suba presupuesto a cultura, claro, pero ¿vamos apoyar obras de teatro inmamables en el Centro Cultural del Bosque? No, se trata de que se lleven a las zonas más lastimadas, más marginales, que creen sus propias narrativas, y nos las trasmitan, pues el mundo lo leemos a través de los cuentos, es lo más importante que hizo el ser humano. Pongo el caso de la narrativa nueva que mi padre me entregó y cómo me sirvió. Me dijo: a tu pueblo quién lo conquistó, donde está el acta de rendición. Todos los hombres, mujeres, niños dieron su vida ante esos invasores que llegaron, así que ve a los otros de frente y diles, soy igual que tú. Y aunque sé que es una narrativa que puede caer en terrenos peligrosos remitidos al racismo, pues a mí me sirvió. Y es a lo que me refieron con contarnos nuevas historia sobre nosotros. Termina por decir Tenoch.
Elena, concluyó señalndo que pensar que el Estado va a hacer por eliminar el racismo es pasar por alto que la naturaleza propia de este es ser jerárquico, es ser racista.
Fotografías: Silvia Ibarra Ramos