El director Jorge Bidault nos invita a probar el sabor de Jericajazz Jazz en Tierra Mojada, el documental es una invitación que nos remonta a la escena del jazz tapatío que se vivió en la década los años setenta y ochenta.

Honor a quien honor merece, a todos los impulsores de talentos locales y quienes apoyaron la escena del Jazz en Guadalajara y otros lugares como Puerto Vallarta.  En el documental nos dejaremos llevar por las memorias y testimonios de algunos de estos maestros.

Tuvimos la oportunidad de acercarnos al director Jorge Bidault para hacerle algunas preguntas sobre su obra. Aquí les presentamos lo que nos respondió.

¿Cuál fue la base de inspiración para realizar este documental?

Sin duda, ha sido la música lo que me ha movido en buena parte de mi trabajo. Es mi otra gran pasión, aunque no me considero músico, pues para eso se necesita invertir mucho tiempo en ensayos y estudio profesional. Músicos son con quienes he trabajado.  Van desde agrupaciones fugaces como fueron los Awilbur, hasta la misma Orquesta Filarmonica del Estado de Jalisco. Por mencionarte algunos contrastes.

En este caso, el género de investigación fue el jazz. Fue en 2014 cuando, platicando con mi amiga Nathalie Braux, que es una clarinetista y música completa, surgió la inquietud de recuperar esta historia sobre lo que un inicio llamábamos «pioneros del jazz”». A ella, viniendo de una ciudad como París, le saltaba mucho ver que teníamos unos músicos con tanta excelencia, y que no existieran lugares donde ellos se estuvieran presentando frecuentemente. Me refiero a músicos de la vieja escuela. Dicho con mucho respeto por supuesto. En algún momento tuvimos que establecer límites en la línea de investigación que ella iba haciendo. Y fue así que nuestro mapa cronológico se centró en las décadas de los 70 a los 90. Particularmente en la zona occidente de México.

El proyecto completo consiste en este documental «JERICAJAZZ. JAZZ EN TIERRA MOJADA» y un libro. Yo estando a cargo del primero y ella del segundo. Pero al final serán materiales complementarios. Aunque el libro no se llamará así.

¿Nos puedes platicar sobre el título del documental?

Jericajazz, es una alegoría a un postre muy famoso que se prepara en Guadalajara y que fonéticamente pega muy bien con el género musical que abordamos.

Francia tiene su propio postre que es la creme broulé. Los ingredientes básicos son los mismos que los de la jericalla. Pero la forma de prepararlos es lo que cambia. Eso pasa con las músicas del mundo. Te vas a encontrar diferentes ingredientes culturales en la forma de preparar canciones, temas, piezas, etc.  Y es el jazz quizás, el género que más se ha escapado de ser encasillado académicamente en la forma en que debe ser tocado.

El nombre se lo inventó Alex Otaola. Guitarrista de lo que era Santa Sabina, San Pascualito Rey, Cuca y un montón de proyectos musicales más. Cuando me lo mencionó, de inmediato me hizo click por toda esa connotación que te acabo de describir.

En síntesis, la jericalla como el jazz son piezas culturales de carácter popular. Hechas del pueblo para el pueblo. Que ahora tenga otro tipo de connotaciones socioculturales es otra cosa.

¿Cuál o cuáles son las reacciones que Jericajazz desea producir en su público?

Como documentalista espero encontrar un público abierto y entusiasmado con descubrir el género. Jericajazz no es un trabajo enfocado en complacer a expertos, sino que es accesible a todo tipo de públicos. La misión de cualquier obra artística siempre debe ser transformar algo en su público. Y a mí me interesa mucho hacer énfasis en que sí… por supuesto que el jazz es una música compleja. Entenderla requiere de una preparación específica. Pero se puede disfrutar aun sin tener que entenderla. Es como conducir un coche. No necesitas saber cómo funciona la mecánica o la electrónica del auto para poder conducirlo. Ja.

En verdad quiero que el público en general pueda conocer a estos grandes músicos que entrevistamos en el documental y que conozcan su trayectoria. Hay varias frases ahí que pueden ser quizás… ¿por qué no? El ingrediente necesario para que un futuro Charly Parker no claudique en su empeño por ser músico. O artista en otra disciplina, vaya.

¿Tuviste alguna dificultad para realizar este documental?

No. Quizás el tema del dinero. Pero creo que aún hace mucha falta seguir apostándole a producir y arriesgar, para que en un futuro lejano esta profesión como prácticamente todas las disciplinas artísticas logren ser aceptadas como una necesidad primordial de nuestra sociedad.

Sí conté con el apoyo de la administración pasada de Secretaría De Cultura Del Estado De Jalisco en un principio. No puedo decir que se financió todo de ahí. Pero sí fue un factor que me permitió trabajar a gusto por un tiempo.

No diría que fue dificultad. Pero sí cabe mencionarte que conforme íbamos avanzando con las entrevistas yo iba sorprendiéndome y encantándome con el tema.  Es una buena fórmula como documentalista el dejarte sorprender y no creerse un sabelotodo. Así uno obtiene más material creativo para reconstruir a través de la narrativa audiovisual la misma o una emoción similar hacia el público. Al principio sabía muy poco sobre jazz. Ahora no soy un erudito en el tema. Creo que nunca se podrá clasificar a este género para hacerlo objeto de estudio tan finamente. Pero sí sé que al terminar de editarlo soy una persona más informada y con mayor capacidad de disfrute y goce ante el jazz. Eso espero compartirlo con la gente que vea este largometraje.

¿Cuál es el momento más épico dentro del rodaje?

Creo que cuando grabamos las live sessions. Siempre me pasa esto. Y siempre es diferente. Uno no lo ve venir y de pronto estás con tu cámara y tus luces en el centro de un escenario donde hay músicos extraordinarios tocando. En esos momentos a veces es difícil sostener el plano, sostener la cámara y mantenerla con propósito. Porque la música te llega como una bruma que te seduce por todos lados. Y eso mueve fibras muy muy fuerte.

Fue muy interesante trabajar con Nathalie. Porque yo no soy un músico de jazz y ella no es cineasta, entonces tuvimos que ir acoplándonos para poder lograr que las entrevistas fluyeran narrativamente y, que al mismo tiempo, ella pudiera obtener la información que buscábamos. Nathalie además de ser músico, tiene estudios profesionales en historia del arte y musicología. Entonces fue un verdadero deleite para mí ir aprendiendo también de ella, observarla poner en común nuestros objetivos particulares; yo para el documental y ella para el libro. Y finalmente creo que lo conseguimos. Yo en verdad he disfrutado mucho trabajar así.

Y para quienes no conocen tu trabajo previo, ¿nos podrías hablar un poco de tu trayectoria?

Soy egresado de la Licenciatura en Ciencias de La comunicación del ITESO.

Soy parte de una generación en la que se formó un grupo muy interesante de alumnos que formamos lo que fue la Unidad de Producción Audiovisual y Multimedia de esa misma institución. Ahí aprendí el oficio del documentalista primero como sonidista y después como entrevistador.

He trabajado como productor comercial y de Mkt para Empresas de tv por cable haciendo spots publicitarios. Desde escribir las creatividades hasta la parte de la postproducción. Tuve la fortuna de trabajar en algún momento para televisoras internacionales como TELEMUNDO y TELESUR. Produciendo contenidos para noticias principalmente.

Desde que trabajo como independiente (freelance), me he movido con el nombre comercial de FILMS CERO y así he formado diversos equipos de trabajo (dependiendo del tipo de producto o cliente). Como FILMS CERO he hecho desde videos institucionales hasta grabación y edición multicámara en algunos de los teatros más representativos de esta ciudad de Guadalajara. Como Teatro Degollado o Teatro Diana.

He trabajado para colectivos extranjeros que incorporan música, danza, teatro corporal y varias cosas por el estilo. En fin, son ya un poco más de veinte años produciendo diferentes cosas para diferentes medios y para cosas muy seria o muy locas. Me siento muy afortunado.

Tu documental «Con el alma en una pieza. La leyenda de El Personal» fue presentado en la edición 30 del FICG ¿Cómo te ha ido con su difusión y cuál ha sido la respuesta del público?

Le ha ido muy bien a ese documental. Mi ópera prima. Lo estrené en el 2015 en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara y todavía hay gente que me sigue preguntando por él porque quieren verlo. De hecho, Con El Alma En Una Pieza: La leyenda de El Personal, comenzó muy bien el 2019 con dos proyecciones en la pantalla del bicentenario de la Cineteca FICG. Y una más en el parque de El Refugio con los jóvenes emprendedores de DOCU AL PARQUE.

No he tenido oportunidad de meterme  mucho a ver posibilidades para distribuirlo. La verdad es que es una labor como de otro planeta. Tengo que entender muchas cosas con respecto a todo esto de la industria y la distribución. La cosa aquí es que justo cuando dimos el claquetazo inicial de Jericajazz, tuvimos que correr al día siguiente a estrenar CEAEUP. Ja. Entonces uno se conectó con el otro. Y heme aquí a punto de estrenar este segundo largometraje documental.

Tengo muchas ganas de acercarme a plataformas de streaming como Netflix, Claro Video, etc.  Me parece que además de ser plataformas de distribución excelentes para el género documental, son sin duda el futuro sucediendo ahora.

Jerica jazz , Jazz en Tierra Mojada se presentará dentro del marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) en su edición 34, en la sección «Hecho en Jalisco» y «Son de cine», categoría de largometraje documental.

Director: Jorge Bidault

Guion: Nathalie  Braux , Jorge Bidault

Fotografia:  Jorge Bidault

Sonido: Ferrer León Madera, Jorge Gonzáles

Edición y producción: Jorge Bidault

País: México