Fotografía: Arnulfo Aldaco

Caminar es probablemente la actividad más enriquecedora para el ser humano, lamentablemente ha quedado segregada en la ciudad. «Sobre todo no pierdas tu deseo a caminar; yo mismo camino diariamente hasta alcanzar un estado de bienestar y al hacerlo me alejo de toda enfermedad. Caminando he tomado contacto con mis mejores ideas, y no conozco ningún pensamiento cuya naturaleza sea tan abrumadora como para que uno no pueda distanciarse andando». (Kierkegaard, 1847)

Kierkegaard conocía la importancia de caminar, actividad que en las ciudades está delimitada a un espacio: la banqueta. Sin embargo, este espacio ha quedado olvidado, lo que ha tenido graves repercusiones en la manera en la que vivimos la ciudad. Esto es algo bastante serio si consideramos que la mayoría de los humanos habitamos en medios urbanos. A continuación se expondrá el contexto y repercusiones de este fenómeno. El objetivo es subrayar la urgencia que debemos tener por recuperar las banquetas y los espacios peatonales como los principales ejes de la planeación urbana en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

La Real Academia Española define a la acera (sinónimo de banqueta) como: “Orilla de la calle o de otra vía pública, por lo general ligeramente elevada y enlosada, situada junto a las fachadas de las casas y particularmente reservada al tránsito de peatones” (RAE, 2017). A partir de esta definición trabajaremos este texto.

Política de los gobiernos de la ZMG

No es necesario ser un experto en urbanismo para darse cuenta de la precaria situación de las banquetas en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Hace dos semanas decidí llevar a mi abuela de su casa a mi departamento. Ambos vivimos en la misma colonia y el trayecto a recorrer es de un kilómetro. El reto fue transportar a mi abuela en su silla de ruedas. Nos vimos enfrentados a banquetas rotas, rampas demasiado inclinadas y autos estacionados en batería sobre la banqueta. Finalmente optamos por transportarnos en la calle, exponiendo nuestra seguridad.

Esta situación es el común denominador en la ciudad y el país. Después de años de políticas urbanas funcionalistas, las ciudades han pasado de pertenecer a las personas para ser de los automóviles. El estado de las banquetas es precario (Gallo, 2017) y muchas veces, el no usar automóvil como principal medio de transporte, posiciona al ciudadano como un “ciudadano de segunda”.

Fotografía: Chema Martínez (Milenio)

La banqueta como área verde

Numerosos barrios y colonias de la ciudad carecen de espacios públicos y verdes como parques y plazas. A raíz de esto se ha comenzado a ver a la calle y banquetas como un sustituto de este. Si bien no se puede reemplazar un parque con una calle, el hecho de tener calles más arboladas tiene muchos beneficios. En la intervención urbana realizada en Santa Tere por el Ayuntamiento de Guadalajara podemos ver algunos de estos logros. Estas intervenciones amplían el espacio de la banqueta en el cual agregan arbolado y mobiliario urbano, haciendo más propicia la vida urbana y mejor la experiencia del peatón.

Es importante considerar la percepción de la seguridad de los peatones en la banqueta. La principal amenaza de estos son los automóviles. Las banquetas arboladas nos pueden ayudar ampliamente a mejorar la percepción de seguridad. Cuando los árboles se encuentran entre el espacio de tránsito del peatón y los automóviles actúan como un buffer entre ambos.

Además, los árboles nos protegen del sol. Con un clima templado como el que hay en la ciudad la práctica peatonal es posible todo al año de manera cómoda. Las lluvias pueden presentar un reto mayor, pero el paraguas es la solución más sencilla y económica para caminar en dichas condiciones.

Las mismas personas demandas banquetas más amplias y con más árboles para mejorar la experiencia peatonal, tal y como pasó en Manila en un taller de gestión social del hábitat. (Lapeña, 2012)

La banqueta como eje central de la movilidad

Es inevitable, todos los viajes inician y terminan como peatón; todos somos peatones, aunque solo sea en de lote de estacionamiento a la plaza comercial, pero al final todos caminamos. Es por algo que el Instituto de Políticas y Transporte para el Desarrollo (ITDP)  colocó al peatón como la punta en la pirámide de movilidad (ITDP México, 2013). El transporte público es el medio de transporte más usado en la ciudad, pero se requiere de caminar a la estación para poder usarlo. Es importante construir más y mejores banquetas para que más personas puedan llegar a sus destinos sin usar el automóvil.

Las oportunidades en las banquetas

El derecho a la ciudad es algo que se ha perdido junto con las banquetas. Uno de los lugares que más gustan de la ciudad es la zona de las colonias Americana y Reforma. Lo que tienen en común son buenas banquetas, arbolado y mucha vida urbana. Creo que si pudiéramos elegir entre caminar 30 minutos por Av. Chapultepec o en Periférico todos nos decidiríamos por la primera.

La manera en la cual disfrutamos y vivimos la ciudad es caminando. ¿Quién recuerda la ciudad porque se la pasó muy bien una hora atorado en el tráfico? Sin embargo, sí recordamos ese cafecito en esa plaza con música en vivo, o un paseo el domingo por la vía recreativa. Además, cuando caminamos podemos poner mucha más atención en detalles que pasarían desapercibidos al caminar, proceso fundamental para la valoración del patrimonio histórico y artístico de la ciudad.

Expertos en el tema como Jeff Speck señalan la importancia de tener ciudades caminables y crear las condiciones para que esto sea posible. Estructuran las ciudades a través de barrios caminables, donde puedes ir de compras, trabajar, divertirte y vivir en la misma zona. (Speck, 2013)

Otra de las grandes oportunidades de una buena infraestructura peatonal es un mayor desarrollo económico. Es inevitable, los peatones son consumidores. Estos consumidores experimentan de primera mano los productos que ven al caminar. Es por eso que vemos mucho comercio en zonas de gran flujo peatonal. Asimismo, este tipo de consumidores le permiten competir a los pequeños empresarios contra las grandes franquicias debido a que se involucran los impulsos y la experiencia sensorial en la decisión de consumir. Esto fortalece la economía local de manera significativa, permitiendo que buena parte del dinero producido se quede en el mismo barrio y/o ciudad.

Es innegable que la figura de la banqueta debe de reaparecer en la ciudad. Parece que la tendencia es esta con grandes proyectos como Paseo Alcalde y la intervención en Ávila Camacho donde se ampliarán banquetas, pero aún nos queda un largo camino por recorrer. Lo más importante es que nunca olvidemos reflexionar y ser críticos con nuestra manera de vivir la ciudad, para así poder regresar a los ciudadanos la ciudad que los automóviles les han robado.

Bibliografía

Gallo, A. R. (17 de agosto de 2017). Región: Milenio. Obtenido de Milenio: http://www.milenio.com/region/peaton-semov-banquetas-riesgos-ciudad-movilidad-milenio-noticias-jalisco_0_1013298926.html

Gehl, J. (2010). Ciudades para las personas. El equilibrista.

ITDP México. (20 de diciembre de 2013). ITDP México. Obtenido de http://mexico.itdp.org/multimedia/infografias/jerarquia-de-la-movilidad-urbana-piramide/

Kierkegaard, S. (1847). Carta a Jette.

LAPEÑA, C. G. (19 de marzo de 2012). Lifestyle: GMA News Online. Obtenido de GMA News Online: http://www.gmanetwork.com/news/lifestyle/content/251961/wider-sidewalks-more-green-ideas-abound-for-a-walkable-metro-manila/story/

RAE. (9 de 11 de 2017). Diccionario RAE. Obtenido de Real Academia Española: http://dle.rae.es/?id=0NdwO9h

Speck, J. (20 de septiembre de 2013). Jeff Speck: The walkable city. Nueva York, Nueva York, Estados Unidos.