Título: Una soledad demasiado ruidosa. El personaje: Hanta. Trabajo: triturador de papel. Desde hace trinta y cinco años destruye libros y reproducciones de cuadros. Ese ha sido su mundo, esos retazos de papel que para él son más que eso, son saber acumulados, viajes a sitios a los que nunca irá o inexistentes pero valiosos por el mero hecho de haber sido imaginados por otros.
Si pudiese visitar Grecia, iría a Estagira, a hacer una reverencia, a Estagira, ciudad de Aristóteles; si pudiera visitar Grecia, me detendría en el estadio de Olimpia para llevar a cabo una vuelta de honor en homenaje a los campeones de todos los Juegos Olímpicos, haría una carrera aunque fuese en calzoncillos largos hasta los tobillos, ¡ay!, si pudiera visitar Grecia…
Mientras piensa en lo que lee, en lo que rescata de la trituradora, Hanta pasea por esa hermosa, enigmática y tallada a mano cual pieza de porcelana que es Praga. Y mientras camina por Praga se dice que un verdadero libro siempre indica algún camino nuevo que conduce más allá de sí mismo. Y eso es Una soledad demasiado ruidosa, un camino que nos lleva más allá de Hanta, de Praga, de la trituradora de libros, de nosotros mismos, nos conduce a la lucidez franca y descarnada de la existencia, donde las preguntas vitales lo son aún más cuando son narradas por personajes que desde vidas marginales ponen los dedos sobre las llagas sociales, con una sensibilidad inaudita que ya nos trae reflexiones de pensadores milenarios como del mundo sencillo pero certero de los obreros.
Bohumil Hrabal había sido un burgués a reeducar, gustaba de su mejor traje. Pero bajo el aparato comunista, como el pobre Hantá de Una soledad demasiado ruidosa, se reeducó vengándose, diluyéndose en el pueblo de verdad, no el del partido: el de la bulla descomplicada y los pequeños deseos incumplidos […] En la estirpe de Kafka y de Hašek, anota su biógrafa, y frente a la rebelión por el absurdo de un Havel, o más racional de un Kundera, Hrabal se defiende del mundo por el amor y el arte: aquel es una gran taberna, a la que él arrebata un poco de horror. (Villapadierna, 2014)
Hrabal se ha hecho de un sitio en la literatura europea del siglo XX. Esta obra en una de las esenciales entre sus textos. Hrabal llegó a afirmar que sólo había vivido para escribir este libro.
Bibliografía
Villapadierna, R. (2014). Bohumil Hrabal, rey sin corona, en El País.