Música (Teatro Juárez)
Los pasos de Vagabunda han tomado un descanso de plazas y sitios públicos para adentrarse en los recintos teatrales de la ciudad de Guanajuato. Hemos llegado al majestuoso Teatro Juárez, increíble monumento arquitectónico en medio de una cañada. En este lugar cuyo interior es un espectáculo para la vista se presentó la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes dirigida por José Areán.
El programa de la interpretación estuvo compuesto por obras de Claude Debussy y Leonard Bersntein celebrando el fallecimiento del primero y el nacimiento del segundo. Sobre la obra del compositor francés tuvimos la oportunidad de escuchar El Mar, tres bocetos sinfónicos para orquesta y Preludio a la siesta de un fauno; mientras que de parte del compositor estadunidense se interpretó Cándido y Sinfonía núm. 2, La edad de la ansiedad.
Para Nietzsche y los de su linaje la vida sin música sería un error… Uno de los que mejor comprendieron esto fue el filósofo alemán Theodor W. Adorno, quien también tenía estudios musicales, ya que consideraba -según consta en su correspondencia con Thomas Mann- que la música de Debussy tiene el efecto liberador de ofrecer una quiebre en las concepciones tradicionales de las categorías de la modernidad occidental, y efectivamente, la rica cromaticidad de la obra del compositor francés nos deleitó sobremanera.
Adorno también acertó en algo más, en su Teoría Estética, el filósofo alemán expuso que en la época contemporánea el arte no puede ser un arte cuyo objeto sea lo sublime (como en la época de Kant) sino que por fuerza debe ser un arte negro, es decir, un arte cuyo objeto no sea lo sublime o lo bello sino lo monstruoso, lo que genera dolor, lo estridente precisamente como forma de liberación. Y es precisamente la palabra estridencia la que nos ayuda a describir Sinfonía núm. 2, La edad de la ansiedad de Bernstein, que sin duda es una obra de arte negro ya que su belleza radica en lo terriblemente humano de su contenido: la ansiedad expresada mediante la música.
La edad de la ansiedad contó con la participación al piano obligato del solista Abdiel Vázquez, que aportó gran pericia técnica y sensibilidad artística a la presentación lo que complementó la velada. Definitivamente una noche redonda en el Teatro Juárez con la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y Abdiel Vázquez.