El cinematógrafo italiano Vittorio Storaro impartió este miércoles una master class dentro del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), en medio de aplausos de bienvenida y con un recinto repleto.

Storaro ha sido ganador de tres premios Óscar por «Apocalypse now», «The Last Emperor» (1987) y «Reds» (1981). Lo primero que mencionó en su charla fue algo que ha repetido en varias ocasiones: la necesidad de concebir al director de fotografía como cinematógrafo.

Mencionó también la gran influencia que tuvo en su vida la obra del pintor Michelangelo Caravaggio. Una vez que conoció su obra cambió su mente y su forma de concebir la luz, aprendizaje que plasmó en películas como «Apocalypse now» o «El último emperador».

Storaro contó que conoció la obra de Caravaggio en 1969 en una iglesia mediante un cuadro de San Mateo en el que la luz del sol divide la divinidad de lo terrenal, lo consciente de lo inconsciente; y no volvió a ser el mismo.

«Observé algo que nunca había visto en mi vida, dije ¿cómo es posible que en nueve años de estudio de fotografía nadie me había dicho sobre Caravaggio?

«Dije Dios mío, este es un genio, con una marca sencillamente nos está diciendo el origen del ser humano. Nunca había visto una pintura así y esto entró en mis sueños, en mi inconsciente, se metió hasta mis huesos», aseguró en su conferencia. Aseguró que la forma de manejar la luz del pintor fue una guía y una fuerte influencia en su forma de representar imágenes en el cine.

Conoció a Bertolucci desde muy joven, fue su asistente, y allí se dio cuenta de la manera tan detallada en la que trabajaba. También descubrió que cuando vas a trabajar con un director debes sentir afinidad y libertad, incluso para equivocarte.

En ese primer trabajo con Bertolucci comenzó a trabajar con un drama a color, fue allí que me apasioné por entender su filosofía. Hasta ese momento se concebía que los dramas debían ser plasmados exclusivamente en blanco y negro. En ese momento, el que hiciéramos un drama a color fue parte de un movimiento cinematográfico revolucionario. Allí comencé a entender y aplicar la dramaturgia que hay en el uso del color.

Debe existir atracción profesional, un juego de imanes, como él le llama. Eso pasó con Bertolucci con quien terminaría filmando 7 películas, al igual que con Carlos Saura. Ambos han sido una gran influencia en su trabajo. Ambos comparten su pasión y disciplina por el cine y su necesidad de hacer bocetos en cada escena y cada cuadro, indicó.

Con Carlos Saura justamente está filmando en Guadalajara «El Rey de todo el mundo», su nueva colaboración con el director español. Saura cambió su manera de concebir la cinematografía desde su primer trabajo juntos en el documental «Flamenco» (1995). Le hizo entender que las películas pueden llevar un ritmo en la música y del canto, pero también de la cámara y de la luz, señaló.

«Carlos cambió mi mente completamente de lo que había hecho hasta ese momento, como yo solía hacerlo involucrarme con las historias».

Después contó que cuando recibió la llamada del estadounidense Francis Ford Coppola para realizar «Apocalypse now» se negó en un primer momento a trabajar con él, porque sentía que estaba interfiriendo en la relación que tenía con Gordon Willis, quien había sido su fotógrafo en las tres entregas de «The Goodfather».

Añadió que solo se convenció cuando entendió la complejidad de la historia que abordaba «los ciclos de la historia» y los cambios violentos de la civilización.

«Entendí que Coppola tenía razón, que se trataba de un texto universal y que necesitaba trabajar en la película. Coppola empezó a dirigirme desde la primera vez que hablamos», dijo en tono de broma.

El cinematógrafo italiano recordó que ha trabajado con pocos directores y aconsejó a los jóvenes aceptar los proyectos en los que se sientan cómodos, pues lo importante es tener las condiciones para que el proceso creativo pueda florecer.

«Muchas veces es mejor decir no, a decir sí porque de esta manera sabes que no quieres ir en esa dirección (del director), la gente sabe lo que piensas, lo que sientes cuando les vas dando la pauta y les dices lo que quieres hacer en cada etapa. Es un nivel diferente de relación, no eres uno más, eres el que está dando la pauta», comentó.

 

Fotografías Lucía Ges.