¡Mira! Unos músicos en la plaza. Dicen que tocan música tradicional. ¡Ah, están tocando el son de la negra! Qué raro… ¿Qué esa no la tocan los mariachis? Dicen que son un mariachi tradicional. Pero no traen trompeta…sabe. ¡Pero traen violines y guitarrón! A ver quiero escucharlos.
Seguramente más de una vez estas frases y exclamaciones se escuchan entre lugareños y turistas por ahí del mes de agosto de cada año en la ciudad de Guadalajara, cuando se lleva a cabo un evento que cubre y al mismo tiempo llena a la perla tapatía de música de mariachi en sus distintas plazas y edificios de arquitectura añeja. Me refiero al llamado Encuentro Nacional de Mariachi Tradicional.
Jalisco fue una de las entidades que generó propuestas para realizar eventos promotores del mariachi: una de esas propuestas fue la realización de concursos, y después de encuentros, en donde los músicos pudieran mostrar y además compartir lo esencial y representativo de su tradición mariachera, por allá de fines de los años noventa. El Encuentro Nacional de Mariachi Tradicional busca efectivamente rescatar, preservar y difundir aquellos mariachis que conservan la instrumentación de cuerdas principalmente, su variedad regional casi siempre orientada a la vida comunitaria, ritual y festiva, así como su repertorio antiguo transmitido de generación en generación.
Con respecto al mariachi que contempla en su instrumentación a la trompeta, además de otros instrumentos cordófonos, inicialmente se creó el Encuentro Internacional de Mariachi y la Charrería, evento donde se resalta tanto el repertorio considerado contemporáneo orientado al espectáculo, así como la expansión que este ha tenido en el mundo dando cabida no solo a mariachis nacionales sino a otros grupos de distintas latitudes en el orbe, los cuales a pesar de las diferencias de lengua o cultura, han hecho suya la tradición mariachera.
Mariachis colombianos, estadounidenses, europeos y asiáticos, se dan cita para mostrar su cariño y aprecio por la tradición mariachera tocando en las galas e incluso desfilando por las avenidas principales de la ciudad. Ambos encuentros en algún tiempo fueron efectuados simultáneamente, sin embargo, poco a poco la estructura de eventos se fue especializando y la logística se comenzó a complicar dando como resultado tener que generar dos eventos que aunque en esencia fomentan el mariachi, por razones de conceptos, espacio, logística y tiempos, tuvieron que separarse organizacionalmente.
El Encuentro Nacional de Mariachi Tradicional hasta 2017 ha celebrado 16 ediciones, siendo cada vez más complejo en su estructura y variado en sus actividades. Procuraré hacer un recuento de sus actividades, así como algunas de las vivencias y dinámicas que se llevan a cabo al interior del mismo. El Encuentro siempre es esperado por sus participantes desde meses antes con mucha avidez, la cual se manifiesta en la intensidad con que se vive todos los días que dura.
Todos los que hemos participado del encuentro apreciamos mucho esa interacción que se da en el evento porque además de la colaboración en las actividades que nos involucran, nos permite crecer en conocimientos, sensibilizarnos respecto a lo diferente y sobretodo estrechar lazos de amistad. En la edición de 2017 recién concluida, el evento tuvo sedes como la plaza Fundadores, el barrio de las 9 esquinas, el Teatro Degollado, el Ex convento del Carmen, el Hospicio Cabañas, el Edificio Arroniz (Secretaría de Cultura de Jalisco) en Guadalajara, la Plaza de las Américas y el Colegio de Jalisco en Zapopan, así como plazas, asilos, hospitales y parques de otros municipios del estado.
La apertura se dio con lo que se llama “gala de mariachi”, es decir, conciertos efectuados principalmente en el famoso Teatro Degollado, ícono arquitectónico de la perla tapatía, en donde los mariachis de niños hicieron alarde de sus interpretaciones de sones y canciones rancheras recién aprendidas en sus lugares de origen, enterneciendo al público asistente por su carisma y gracia al tocar sus instrumentos. Estas galas infantiles cada vez son más constantes dada la preocupación que se tiene por transmitir el conocimiento de repertorios a nuevas generaciones que puedan en el futuro mantener vigente la tradición mariachera en las distintas regiones.
La creación de nuevos grupos de mariachi es una prioridad para organizadores y participantes al igual que el surgimiento de nuevas composiciones que renueven los repertorios musicales; ambas actividades son reconocidas por medio de las llamadas “preseas”, premios asignados a esos nuevos valores para que continúen su labor en favor de la tradición. Dicha preocupación por transmitir la tradición ha hecho que en el Encuentro también se efectúen talleres didácticos en donde se imparten clases para ejecutar instrumentos tradicionales y para aprender a zapatear los sones, situación que divierte y agrada mucho a las personas porque las hace partícipe del ambiente festivo del evento.
Bailar este tipo de música se vuelve muy cotidiano durante el Encuentro ya que en plazas y parques los músicos invitan a los paseantes locales y foráneos a ser parte de los famosos fandangos, mirándose graciosas escenas cuando la gente comienza a hacer sus “pininos” en el zapateado sobre una tarima que para tal efecto se coloca. Los fandangos los podríamos denominar como el ambiente, la atmósfera, el poder disfrutar y convivir escuchando y bailando la música de mariachi encima de una tarima –a veces sin ella–, recreando ese contexto bullicioso y gozoso que se vive en las comunidades rurales con esta música y que ya también se está haciendo parte del escenario vivido en las grandes urbes.
Durante el Encuentro, los fandangos se han vuelto costumbre inamovible, casi religiosa para quienes asisten y son parte del evento; no puede terminar un día de jornada sin un fandango nocturno, el que a veces hace que las noches se hagan breves y placenteras en medio de bailes, convivencia y música.
Por otro lado, el Encuentro también contempla actividades de corte académico. La presentación de discos, libros y exposiciones fotográficas o museográficas son constantes, al igual que diversas conferencias magistrales alusivas a todo lo que implica la tradición mariachera y sus variantes regionales. En El Colegio de Jalisco cada año es infaltable la realización del Coloquio Internacional del Mariachi, donde investigadores, tanto nacionales como extranjeros, muestran los avances de investigación en torno al mariachi y sus manifestaciones; de dicho coloquio cada año se edita una memoria donde se reúnen las conferencias presentadas a fin de registrar el análisis y la comprensión sobre los derroteros que va tomando la tradición en su trayectoria histórica. La publicación de estos trabajos sin duda es importante porque permite que el conocimiento que se va generando no se quede en el cajón de un escritorio, sino que pueda ser difundido al mismo tiempo, tanto a las personas en general como a losespecialistas en la materia.
El Encuentro también es marco para la realización del taller para la Evaluación del Plan Nacional de Salvaguarda del Mariachi liderado por la Comisión Nacional para la Salvaguardia del Mariachi (CONASAM), dado que el Mariachi fue erigido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2011 por parte de la Unesco.
En dicho taller se analizan y organizan las estrategias a seguir en pro de la preservación de la tradición de canto, cuerdas y trompeta que es el Mariachi, de acuerdo a los lineamientos y recomendaciones que hace la Unesco a ese respecto como representante de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Retomando la parte musical es de destacar la implementación de talleres de laudería en el evento, como una forma de auxiliar a los músicos cuando sus instrumentos llegan a tener alguna deficiencia. Por su parte, una actividad que se ha vuelto emblemática del Encuentro es la llamada “Velada de Minuetes”, que consiste en una muestra musical nocturna llevada a cabo al interior de la Catedral de Guadalajara.
En ella, mariachis de distintas regiones presentan un repertorio específico de piezas llamadas minuetes, que se tocaban en ocasiones religiosas como una forma de comunicación con “el otro mundo” en un contexto popular, un tipo de plegaria musical datada aproximadamente entre el siglo XVIII y principios del siglo XIX, que algunas regiones adoptaron para la ritualidad religiosa en sus comunidades y que en muchas de ellas ha caído en desuso. Esta actividad ha sido soporte para la realización de un par de fonolibros donde se les rescata en grabaciones dada su singularidad y belleza.
Los concursos de interpretación en homenaje a alguna figura icónica del mariachi son de las actividades noveles más concurridas en el Encuentro. En 2017 le tocó ser homenajeado a Javier Solís, intérprete exquisito de bolero ranchero. Los concursantes interpretaron éxitos como Sombras, Mi Viejo San Juan o Llorarás, con gran deleite de la concurrencia que acudió para apoyarlos. El encuentro finaliza con una gran gala en el Teatro Degollado en donde además de otorgarse las preseas que reconocen los méritos tanto musicales como académicos –ejemplos de ellos son La presea Vicente T. Mendoza por el mérito académico en favor del mariachi y la Medalla Cirilo Marmolejo que reconoce a los mariachis más longevos–. Todos los mariachis tradicionales dan una muestra final de su música tocando piezas de su repertorio regional y haciendo un gran ensamble para despedir la gala y el Encuentro.
Finalmente, señalar que el Encuentro se ha vuelto valioso por ser un nicho que muestra esa música que está en las entrañas del país, que es de y para el pueblo, y de la que generalmente los medios de comunicación no hacen mucho caso. Un encuentro con la música y para músicos, bailadores, académicos, promotores culturales, en fin, para todo el público que gusta de esta expresión cultural que se ha vuelto símbolo musical de México. Un encuentro que se ha vuelto entrañable no solo porque se ve a los amigos que a veces no se pueden ver en todo un año, sino porque en muchos sentidos se ha convertido en un encuentro con nuestras raíces, nuestro pasado, nuestro ser en un sentido profundo; un encuentro con el mariachi y con nosotros mismos.