La cita fue en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla. Fue en evento privado con 400 invitados, personalidades de la industria cinematográfica española, y autoridades municipales.
A las 19:30 horas empezó la pasarela en la alfombra roja, donde circularon sin discriminación ni distinción alguna —salvo el momento político del que se dará cuenta—, todos los invitados y hasta los invitados de los invitados a la ceremonia. El desorden lo puso el alcalde sevillano y su comitiva, primero, porque no hizo la fila que democráticamente hicieron todos los demás, incluida una de las personas homenajeadas: la destacada cineasta francesa Catherine Breillat, quien apenas y puede caminar con ayuda de un bastón y una persona. Y después porque como si fuera un acto político hicieron su micro o mini alfombra roja, dentro de la alfombra roja, y desfilaron diversas personas, de otros sectores lejanos al artístico, para tomarse la foto con el alcalde.
Pasado aquello, la democracia e igualdad volvió a la alfombra roja y con ello su ambiente festivo. Después de hacer las fotos, los invitados se fueron quedando en un patio que anticipa la entrada al edifico principal de la Real Fábrica de Artillería. Una vez finalizada esa etapa de la inauguración los invitados pasaron al salón donde se realizaría la ceremonia y actos artísticos y culturales para engalanr la ocasión.
La disposición del lugar fue peculiar y con ello interesante. Al no ser la Fabrica un espacio destinado a eventos de este tipo no tiene auditorio o algún espacio tipo teatro que suelen ser los idóneos para llevar a cabo un evento como este. Entonces lo que decidió la organización, otra vez, con la fabulosa democracia por delante, fue meter de manera general a todos los invitados parados, sin ninguna distinción, y acomodarlos en mesas altas, desde la que parados podían sostener alguna bebida o aperitivo que se les ofreció, o simplemente recargar el cuerpo a través de los codos.
Para continuar la democratización del evento, se instalaron 3 escenarios para que la mayoría de los invitados pudiese tener alguna actividad en primera fila: el escenario principal al centro, donde se llevaron a cabo los actos más formales y solemnes y 2 escenarios a los costados desde donde se deleitó al personal con diversas intervenciones de música y poesía de la más alta calidad.
La democratización del evento, lo que siempre conllevará a alguna imprudencia de parte de los más insolentes, —que no se puede traducir, jamás en argumento válido contra la democratización de las cosas— y la carencia de una buena acústica, dio lugar a que el bullicio no permitiera que se oyera la primera intervención del acto inaugural, poco a poco la asistencia fue guardando silencio, aun así, hasta el fondo del salón era a veces difícil escuchar las intervenciones.
La presentadora de la velada fue Concha Ortiz. La noche inició con la lectura de un poema escrito especialmente para la ocasión. La bienvenida estuvo a cargo del Coordinador General del evento Manuel Cristóbal, quien además aprovecho la oportunidad para agradecer a todos los que han participado a lo largo de estos 20 años en la celebración del Festival.
Posteriormente le concedieron el uso del micrófono al vicepresidente de la Academia de Cine Europeo, Antonio Saura, quien felicitó a todos los participantes en el evento y a los organizadores del festival, ya que a pesar de las vicisitudes se ha podido llevar a cabo y expresó su deseo de que “el festival siga con más fuerza el próximo año…”.
Acto seguido, la asistencia se deleitó con una intervención de Ángeles Nuñez y Aníbal Soriano, con la interpretación de la pieza Une Jeune Fillette.
La noche continuó con la entrega del primer Giraldillo de oro de la noche para la directora francesa Catherine Breillat, por parte de La delegada del área de Cultura y Deporte del Ayuntamiento de Sevilla, Minerva Salas.
Catherine Breillat, al hacer uso de la voz para agradecer el reconocimiento dijo que es bueno que exista el cine de distracción, de entrenimiento; pero que también debe existir un cine que permita el reencuentro con uno mismo, que motive la reflexión para el autoconocimiento, el cine de autor.
Mencionó que ella se ha influenciado artísticamente, primero por el director Ingmar Bergman y por la película Viridiana de Luis Buñuel. Dijo que los festivales son necesarios para el cine de autor, porque son una plataforma muy importante para la divulgación de los trabajos independientes. Por último, agradeció la invitación y el premio.
Después habló la delegada de cultura del Ayuntamiento, Minerva Salas, quién no perdió la oportunidad para agradecerse así misma, afirmando que era un buen día «para celebrar y darnos las gracias por el esfuerzo titánico en poner en marcha esta edición del festival…”.
Tocó el turno de más pinceladas de arte y cultura con la participación de la bailaora Gloria del Rosario, quien bailó al ritmo de una fusión de flamenco y barroco, bajo la interpretación de la violagambista Johanna Rose y su grupo.
Siguió el homenaje postumo y entrega del segundo y último Giraldillo de la noche, en está ocasión para Juan Antonio Bermúdez, por su trayectoria y dedicación al cine, quien además era poeta, José Antonio fue un empernido colaborar del Festival bajo cuya responsabilidad estaba la selección del programa de la sección Talento Andaluz.
La encargada de recibir el premio fue su madre: Carmen Bermúdez, de manos del alcalde José Luis Sanz. David Montero —amigo del homenajeado programador— dramaturgo y director de escena, hizo uso de la voz en representación de la familia del homenajeado: «la alegría por recibir este premio en el marco de este festival, su casa, y el dolor porque todavía se le echa de menos», dijo, en un momento de alta sensibilidad colectiva.
Doña Carmen, no perdió la oportunidad para hacer la observación a organizadores y autoridades competentes de que, aunque estaba muy contenta y apreciaba la majestuosidad del inmueble seleccionado para el evento, la Real Fabrica de Artillería de Sevilla, era importante recordar de que el inmueble no contaba con las instalciones adecuadas para que gente con necesidad de utilizar silla de ruedas pudiese acceder al espacio.
A continuación, desde uno de los escenarios laterales la cantadora Alba Carmona, muy en sintonía con la noche, entonó ese maravilloso tango vuelto flamenco que dice “que 20 años son nada, febril la mirada, con el alma aferrada, a un triste recuerdo…”: Volver. Alba estuvo acompañada por Jesús Guerrero a la guitarra. Situación que derivó en un extraordinario momento flamenco y bohemio.
Tocó el turno en el microfono para el alcalde de Sevilla, quien, en lo más destacado de su discurso, confirmó que el Festival de cine europeo que alberga su ciudad desde hace 20 años: “seguirá siendo un pilar fundamental…” de la actividad cultural y artística de la ciudad, con lo que al aparecer, las intensiones de desaparecerlo, como se sintió en los circulos de la industria del cine andaluza y española, aunque desde luego nunca se hayan expresado con claridad por parte de la autoridades municipales sino que fueron simples conjeturas a las que la situación llevó, se ha desvanecido.
Casi para cerrar el evento formal, aunque la música en vivo, en un concierto a 4 maravillosas cuerdas continúo, apareció nuevamente en el escenario principal la bailadora Gloria del Rosario quien danzó la marcha popular en los días de Semana Santa en Sevilla: Sobre los pies te lleva Sevilla, interpretada por medio centenar de músicos de la banda de cornetas y tambores de Las Cigarreras de Sevilla.
El evento formal finalizó y la fiesta empezó. En un ámbiente más informal la organización del Festival tuvo a bien ofrecer vino, cerveza y una variedad de aperitivos y bocadillos para engañar a la tripa y maridar las bebidas espirituosas. Convirtiéndose la inauguración de la 20 edición del Festival de Sevilla de cine europeo, en una tertulia colectiva de música, cine y fraternidad.