Fuente: redes sociales del artista

Mudanza (polvo cósmico, 2022) es una pieza sonora, de cuatro canales de audio, loop de 22 minutos y 44 segundos. Se exhibe actualmente en Estudio Hospital en Guadalajara, Jalisco. El propio Martínez se refiere a ella como:

“Mi colección es parca.

Es una colección sin ánimos arqueológicos o artísticos, una colección de melómano desinteresado con la coherencia entre los materiales y sin vínculo (o competencia) con las colecciones de otros. En todo caso, es un torpe autorretrato con decenas de títulos punk, hardcore, de música alternativa y subterránea, muchos de ellos adquiridos con todo tipo de artimañas desde mi niñez.

Hay algunos contrapuntos necesarios como boleros, polkas, danzones, mambos, jazz y obras orquestales. Hay algo de música electrónica, pero esta la considero más pertinente en formatos digitales y hay una generosa cantidad de música experiemental producida con distintos medios, estrategias o conceptos. Por supuesto se cuelan algunos hits pop, pero escasamente.

Mi colección es más como una gran maleta, repleta y muy pesada. No requiere todo el muro de un apartamento, ni es tan extensa para exhibirse públicamente. Tampoco es de mi interés esto. Pero es definitivamente apta para deleitarse escuchándola y para conversar noches enteras sobre música, sonido y sobre ese POLVO CÓSMICO que suena al finalizar cada lado”.

Fuente: redes sociales del artista

A Mudanza me atrevo a interpretarla como una obra que perpetúa un estado denso-material, mismo que inunda el espacio en el que está dispuesta y en donde la mente del escucha también pervive esa densidad. Una pieza sonora de 22 minutos y 44 segundos en loop que nos provoca, en el acto, buscar en las imágenes mentales ese vinilo girando lento y pesado. Lo mejor de todo este proceso, cuando se está ahí, literalmente en medio de dicha pieza sonora; es esa imaginería que se desborda en el propio material del acetato. Es como si lo sintieras, inunda el lugar en el que sucede, pero también inunda las emociones. Y no me refiero a la nostalgia, que se ha vuelto un lugar común en discursos, obras o procesos, Mudanza cuenta lo potente que pueden ser los materiales, incluso aquellos que pensamos no se pueden materializar.

“Lo que escuchas son fragmentos del polvo cósmico digitalizado de aproximadamente 55 kilogramos de vinilos, recientemente trasladados en mi mudanza de Ciudad de México a Zapopan: un ejercicio introspectivo en torno al movimiento, la quietud y la descentralización que llevé a cabo durante varios meses”.

55 kilogramos de vinilos, dice Israel, le gusta pensarlo así, ya que poco se piensa de esta manera cuando hablamos del sonido. Así como en la plástica los materiales están ahí, son palpables, maleables, ¿cómo hacer esto con el sonido, con la sonoridad que contiene un vinilo? Pues así, pensando en kilos. De esta manera, Israel materializa eso que en primera instancia es difícil de concretar, él lo problematiza y lo expone en esta obra.

En esa misma sala, donde está Mudanza, permanece otra pieza, que conversa automáticamente con todo el espacio y con la vivencia sonora. Pesado etéreo (2022), hecho con neones y que de alguna manera generan una atmósfera que se vuelve adecuada y en ensamblaje para Mudanza. Porque justo ese «polvo cósmico» es pesado y etéreo a la vez, como el movimiento, la quietud y la introspección; esa experiencia directa que el artista manifiesta y trabaja dentro de este proceso de creación.

Fuente: redes sociales del artista

La obra de Israel Martínez es extensa, un referente actual e imprescindible dentro del arte sonoro, tanto en nuestro país como en el extranjero. Mudanza, Pesado-Etéreo o cualquier otra de sus piezas provoca reflexiones que traspasan el objetivo concreto de un proceso creativo en particular, genera reflexiones en torno al propio arte contemporáneo y al arte actual. Con un hilo conductor que lo caracteriza, es desde lo sonoro y a la luz de diversos ángulos, en diversos formatos, bajo experiencias significativas que Martínez ha construido su discurso. Un discurso que a lo largo de los años ha adquirido densidad también, ya que las tonalidades que lo acompañan son multiformes, incluso en su piezas más etéreas.