Si se nos pidiera elegir una asignación tan breve como real de la realidad que hoy vivimos, la denominación de que habitamos la época de la tecno-porno-cultura sería una de las mejores. Y justo esa es la afirmación general que subyace a la obra de Naief Yehya.

En este libro, Yehya realiza un recorrido histórico por ese universo que ha sido nombrado como pornografía, que el autor define como “…la expresión del sexo por el sexo mismo sin pretextos ni justificación, como aquella forma de expresión en la que el sexo tiene tal predominancia que debemos olvidar el tema, el contexto, las subtramas y todo detalle de la historia. La pornografía es el género que en teoría busca la abolición total del misterio sexual o, por lo menos, es el que permite desprenderlo de su contexto moral, social, legal o religioso”. Asimismo, señala que “la pornografía pude ser la ilustración fidedigna, detallada, lista para ser usada y reproducida, como si fuera una receta de cocina o una serie de ejercicios físicos para adelgazar o desarrollar los músculos o un instructivo para realizar cualquier clase de actos sexuales” (pág. 22).

Bajo esta extensa definición Naief planteará todo el texto, añadiendo incluso más sobre el trayecto, pero en esencia, de aquí parte para realizar la amplia investigación y reflexión que propone el libro, donde encontraremos una enorme lista de referentes, sitios web y, sobre todo, de películas catalogadas dentro del género, de las cuales hará una breve crítica, deteniéndose en aquellas cintas que fueron hito en la historia del cine denominado porno o XXX (de hecho, explica cómo “porno” suplió al término “pornográfico” y también cómo se originó esa clasificación con las tres letras), por ejemplo, Garganta profunda.

El libro puede leerse como una historia de la prohibición, de las oscilantes normas morales que rigen determinados contextos ideológicos, históricos y/o geográficos, que en realidad suelen ir entrelazados. Así, hay una parte dedicada justo al feminismo donde el autor nombra el capítulo: Del feminismo antipornográfico al feminismo anticensura, y con tanto solo dicho título podemos imaginar de qué irá. Yehya hace una crítica puntual al feminismo antipornográfico justo porque al final parece estar más emparentado con las perspectivas ultraconservadoras que con el feminismo o los feminismos que pugnan por la libertad. Hace una crítica incluso de clase social ante ese feminismo que busca imponer su visión de mundo partiendo de su visión de clase. Eso, como mujer, me ha parecido de lo más relevante.

La relación entre pornografía y tecnología es básica en la obra, esto queda dicho desde el título. Por supuesto, dentro de dicha relación está la llegada de internet, que será determinante en la historia no solo de la distribución sino de la elaboración misma del porno. Al ser un texto cuya primera edición es del 2012, le quedará una década más qué contar, por ejemplo, no había llegado el fenómeno Onlyfans a la red, sin embargo, los inicios de todo ello son explorados con agudeza por Yehya.

Pornografía. Obsesión sexual y tecnología es pues una obra esencial sobre el oscuro objeto del deseo, sobre las motivaciones más profundas del imaginario humano, su evolución y el recorrido histórico dentro de nuestra civilización. No solo tendría que ser leída por quienes consumen porno, sino incluso por quienes poco lo hacen, y me atrevería a recomendarla aún más a quienes evaden el tema o tienen una aversión casada hacia él.

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