La presentación de Como polvo en el viento, de Leonardo Padura, a cargo de Diego Petersen, inicia con un preámbulo: Marisol Schulz, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, señala que no habían hecho la entrega en físico de la Medalla Carlos Fuentes del año 2020, que fue otorgada a Leonardo Padura, pero que por motivos de la pandemia, se llevo a cabo de forma virtual. Tras ello, el escritor cubano recibe la Medalla de manos de Silvia Lemus, viuda del escritor y de Raúl Padilla, presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

«Nunca pude ganar una medalla de oro como jugador de beisbol, pero la gano como escritor. Quiero dedicar esta medalla a Almudena Grandes, a modo de pequeño homenaje». Padura

Petersen comienza con la lectura de su presentación, donde define a novela de Padura como una obra de la diáspora, y en concreto, de la diáspora cubana. Una oda melancólica a la amistad, así como una crítica a la realidad social de la isla. Es un retrato de tu generación.

Padura contesta que, sí, soy un escritor muy generacional. Por ejemplo, en El hombre que amaba a los perros es una historia vista a través de un hombre de mi generación. En entrevistas previas, contaba que el origen esa novela es parte de una ignorancia programada que yo tenía, en este caso, de la figura y el exilio en México de Trotsky. Cuando en 1989, la primera vez que estuve en México, visité la casa de Trotsky, sobre de quien yo sabía relativamente poco, es cuando germina la semilla de esa novela. Ahora, a diferencia de esa obra, que es muy racional, Como polvo en el viento es una obra muy visceral. Parte de algo fundamental: la gran disyuntiva de los cubanos, donde es tan válida y fuerte la decisión de quienes se quedan en Cuba como de quienes se van.

Si en una sociedad no hay diversidad, entonces se trata de una mentira. En Cuba se ha aparentando que solo hay una visión, cuando en realidad, como cubano que ha vivido siempre en Cuba, puedo afirmar que hay gran cantidad  de perspectivas. Además, tengo gran cantidad de familiares que han migrado, así que conozco de primera mano este desgarramiento familiar.

Yo logro ir a Estados Unidos por primera vez en 1992 y es cuando visito a uno de mis tíos que vivía en Nueva York. Y le dije, coño, te acuerdas Min (así le decimos en la familia) de la vez que te fuiste de Cuba, de tu despedida. Me dijo: No. Primero pensé que mentía, pero vengo me di que lo que decía era cierto, que era la manera que él tenía para sobrevivir el exilio. 

En esta investigación de terreno que he hecho para esta novela, me doy cuenta de que así como muchos que se han ido y emulan Cuba, hay tantos como yo que no podríamos irnos, yo no podría dejar de escuchar hablar en cubano. El sentido de pertenencia no lo concebimos más que viviendo en la isla, pese a lo complicado que es para tantos.

Cómo lograr que el lector lea sobre algo de lo que el lector ya sabe la historia, reflexiona Padura. Ese fue el reto mayor de El hombre que amaba a los perros, por ejemplo. En cambio, en Como polvo en el viento  el recurso es el del thriller. Que el lector vaya leyendo para descubrir sobre el crimen.

En 1989, cuando en Cuba se fusilan a cuatro grandes mandados del ejército en Cuba, esto hizo que fragmentara la Imagen monolítica del régimen. Creo que ese fue el principio del desencanto que inicia en el país, y que yo abordo a pavés de las cuatro novelas de Mario Conde. Ahora en Como polvo en el viento inicio también en 1989: no es casual este el arranque temporal de la historia.

Al iniciar con el plan de escritura de esta novela, yo sabía que en esta novela lo que pasaría en el capítulo uno y dos, en donde una fotografía de la que hablo es la clave, pero a partir de allí todo es un salto al vacío. Por lo general así es como creo mis novelas. Excepto las novelas históricas, que tienen como fundamento el suceso o sucesos históricos selecciona dos. Le responde Padura a Petersen cuando este le pregunta sobre la manera en que trabaja sus obras.

Otro elemento fundamental es la música, menciona Petersen Farah; a lo que Padura contesta contando sobre la manera en que se relacionó de manera clandestina con la música en inglés, por ejemplo, con la música de The Beatles. Pues en Cuba no se podían escuchar ciertos grupos, entre ellos The Beatles, porque para se pensaba que era una forma de penetración imperialista. Y así como yo, toda mi generación tuvo un relación sentimental con la música mediada por la clandestinidad.

Fotos: Carlos Miguel Glz