Como ya muchos saben, Peaky Blinders es una serie británica producida por la BBC, ambientada en el Birmingham de inicios del siglo XX, que este 2022 ha lanzado su sexta y última temporada.

Narra la historia de una familia surgida de la nada que se convertirá en mandamás del lugar. La hazaña es comandada por Thomas Shelby (Cillian Murphy), un tipo duro al estilo inglés quien sufre los estragos de haber luchado en la Primera Guerra Mundial, está metido en apuestas de caballos y hará todo lo necesario para hacer de unos parias de barrio los gánsteres más poderosos.

La serie es creada por Steven Knight y protagonizada por Cillian Murphy en el papel de Thomas Shelby. Iniciada en 2013, ha sido de esas producciones que comienzan de manera modesta y paulatinamente consiguen el furor que merece un trabajo bien realizado, con actuaciones completas, personajes bien dibujados y que conforme avanza la historia adquieren mayor solidez. Además de tener una banda sonora que anima a cualquiera, con Nick Cave a la cabeza.

El clan Shelby

Los Shelby son una familia de origen gitano que controla el lado oscuro del barrio obrero de Small Heath. Lo hacen a través de las carreras ilegales de caballos con las que pronto adquieren dinero fácil y con ello, ya sabemos, el consabido poder. Los llaman ‘Peaky Blinders’ por las boinas que usan, donde esconden cuchillas afiladas con las que descuentan a uno que otro enemigo.

Los hermanos Shelby regresan de haber luchado por su país en la Primera Guerra Mundial, cada cual hace de los estragos al frente de batalla, el bastión para hacerse de un “nombre” en los barrios bravos de los años 20. El hermano mayor, Arthur Shelby (Paul Anderson), es poco brillante, lleno de furia, quien defiende con garra a la familia y es el matón oficial del clan. Anderson es ejemplo de una actuación que se gana el lugar de revelación. Mientras que John Shelby (Joe Cole) es el menor de los tres, es impetuoso e intransigente, lo que aportará a la familia es el matrimonio con una gitana que abonará a las alianzas convenientes. Y está Finn, pero es tan gris que casi que solo por decir que existe.

Arthur Shelby (Paul Anderson)

Es una serie centrada en la figura masculina del líder, en este caso, Thomas, hombre frío, contundente, que no conoce más que la ética del honor y la lealtad, entendidas, eso sí, muy a su manera. Sin embargo, el peso de las mujeres de la historia no deja de ser interesante.

Thomas Shelby (Cillian Murphy)

La figura femenina más influyente es la de Polly Gray (Helen McCrory), la tía que funge como la matriarca de la familia. Mujer que es el contrapeso del Thomas, una muestra entre personalidades fuertes y hechas para liderar. Lamentablemente, entre el tiempo que pasó de la pandemia y el tiempo que tiene la vida para cada cual, hizo que Helen McCrory muriera, dejando un hueco no solo en la serie, sino en el teatro y en el séptimo arte. Esto se resintió de manera especial en Peaky Blinders, ya que la serie termina por sentirse más un remiendo que no pudo mantener su fuerza sin la tía Poly.

Polly Gray (Helen McCrory)

La serie es otro caso más donde los tipos “malos” se convierten en los predilectos, mientras que los “buenos” son recalcitrantes y terminan por ensuciarse las manos con una ética retorcida. Conforme avanzan las temporadas, la lucha entre los ilegales y las fuerzas del orden termina en la medida en que el ascenso de los Shelby los convierte en personas influyentes en la política local, entonces la batalla se centra en un solo lado: el del poder.

Los Peaky Blinders de carne y hueso

Steven Knight, creador y guionista de la serie, nació en Birmingham, en el barrio de Small Heath, que fue el feudo principal de los Peaky Blinders durante finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Su trama surge de las historia locales que conocía, ya sea por sus padres o por los lugareños.[i]

Porque el nombre de los Peaky Blinders alude a bandas criminales que, aunque seguramente no se llamaban así, sí existieron en la Inglaterra que con gran acierto recrea la serie. Randal Hargrave y Walter Gudgeon son nombres de los Peaky Blinders de carne y hueso. Sus fotos se encuentran en el archivo histórico del condado de Yorkshire, donde aparecen en la lista de ladrones, asesinos o mafiosos de aquellos años.

Fotografías pertenecientes al archivo histórico de Yorkshire

“La serie ha puesto de moda lo canallesco en el Reino Unido. Las ciudades del norte reivindican a sus gánsteres, si bien la denominación que recibió la banda de Birmingham se ha convertido en un genérico. Su nombre está sujeto a interpretaciones, en las que la leyenda se confunde con la realidad. Peaky aludiría a las gorras con visera que usaban sus miembros y Blinders (del verbo cegar) al efecto del empleo del sombrero como arma. Supuestamente, las viseras escondían unas cuchillas de afeitar con las que rajaban la cara de sus oponentes, cegados por la sangre derramada”.[ii] Aunque estas alusiones poco tengan de realidad, lo cierto es que encarnan a la perfección el aliento de tales bandas locales.

Los Shelby, cuyos personajes beben de otras figuras históricas, vieron su ocaso para dejar el turno a los temidos Birmingham Boys —también conocidos como los Brummagem Boys—, cuyas historias se corresponden en el tiempo con las de la ficción que narra la serie. Y antes de los Peaky Blinders, estaban los Sloggers, o sea, los Luchadores o Combatientes. Otro genérico que deriva de los originales Cheapside Sloggers, y que hace referencia a la calle que dominaban.

En el caso de los Peaky Blinders, controlaban la calle Adderley y, por extensión, los barrios de Bordesley y Small Heath, suburbios pobres y obreros de la grisácea Birmingham. Sus miembros, algunos apenas adolescentes, fueron arrestados por hurtar bicicletas y robar tiendas, pero también pudieron estar involucrados en el negocio de las apuestas ilegales, así como en la extorsión y el chantaje”.[iii]

Según el historiador Carl Chinn –quien comenzó a investigar la historia de su familia para descubrir que su bisabuelo formó parte de estas pandillas–, el personaje de Thomas Shelby podría estar inspirado en Billy Kimber, líder de los Birmingham Boys y el gánster más poderoso de Inglaterra. Es interesante que este nombre aparece en la serie pero como uno de los enemigos de Thomas. A diferencia de Thomas, quien va a la guerra y sufre las consecuencias psicológicas, Kimber desertó.[iv] Entre las cosas que comparten el personaje de ficción y el real están: la lucidez para las estrategias de combate, la sagacidad e inteligencia, así como una personalidad que termina por seducir.

Los Peaky Blinders y sus homólogos impusieron una forma de actuar y, sobre todo, de vestir. La serie acierta en otorgarles estilo, ejemplo de ello son sus cortes de cabello que ahora se ponen de moda entre los seguidores de la serie y que en su momento causaron reticencia entre los actores. Chaquetas con botones de latón, pantalones acampanados, gorras ladeadas, corbatas ajustadas, pañuelos de seda en sus cuellos y botas con puntera de acero. Las mujeres y sus flequillos que les tapaban la frente, con collares llamativos alrededor del cuello, son algunos de los accesorios que daban identidad a los miembros de estas pandillas.

La serie, señala Henrique Mariño, incorpora elementos que no sabemos en qué medida tuvieron lugar en el contexto histórico referido, tal como el comunismo, la lucha sindicalista, el anarquismo, el IRA e incluso algunas muestras de feminismo incipiente. No obstante, esta licencia artística alude a componentes sociales que sí estuvieron presentes en las primeras décadas del siglo XX en Inglaterra, y no sólo allí.

Colofón (spoilers)

Peaky Blinders se ha recomendado sola, con paciencia y ofreciendo cada vez mejores resultados en guion y actuaciones, caso extraño en el boom que ha tenido la producción al por mayor de series televisivas. Hoy, que tan de moda están los antihéroes, los Shelby son una oferta que merece la pena apreciar en cada una de sus temporadas, sobre todo en las tres primeras.

La quinta temporada comienza a dar problemas en su fortaleza con la incursión de Tom en la política, y ya para la sexta las cosas se ponen realmente más decepcionantes que otra cosa. Comienza de lleno la redención del héroe con una serie de elementos predecibles, se desperdicia el personaje de Arthur, se le da un peso a Michael Gray que no alcanza a llenar el hueco de la trama, se «revive» a Alfie para intentar aderezar la historia, generando una inverosimilitud que impide que disfrutemos de la calidad que le dan los diálogos entre él y Tom. Se agregan personajes de manera forzada, como el desconocido hijo ilegítimo de Tom, un chico llamado Duke, y se abusa de las alusiones al mundo fantasmagórico gitano.

Además de ello, los nuevos personajes que se incorporan para ridiculizar o caricaturizar al nazismo y la ultraderecha son tan endebles que terminan por no ser creíbles, como le ocurre a la Gambito de dama, porque para esta temporada Anya Taylor-Joy se ha metido en nuestras mentes bajo ese intertexto, algo que, al menos desde nuestra apreciación personal, en lugar de beneficiar en esta serie, la perjudica. Pero cada espectador valorará por sí mismo este final de temporada.

Notas al pie

[i] Mejino, L. (2018). “Peaky Blinders: Las boinas más afiladas de Birmingham”.

[ii] Mariño, H. (2017). “Estos son los verdaderos Peaky Blinders”.

[iii] Ídem.

[iv] Ídem.

Bibliografía

Mariño, H. (2017). “Estos son los verdaderos Peaky Blinders”. Público. Disponible en digital: http://www.publico.es/culturas/verdaderos-peaky-blinders-serie.html

Mejino, L. (2018). “Peaky Blinders: Las boinas más afiladas de Birmingham”. El diario Vasco. Disponible en digital: http://blogs.diariovasco.com/series-gourmets/2018/01/10/peaky-blinders-las-boinas-mas-afiladas-de-birmingham/