De la saliva y su relación con algunas cosas

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Sí, es la palabra y no el tema. La palabra saliva es chocante, porque no es técnica. Pene es chocante pero es técnica. La palabra saliva ya produce una sensación, no definitivamente de asco...

Clase de teatro

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-Una de las dos historias que hay que contar debe ser real y la otra inventada. Tienen diez minutos, mínimo. ¿Empezás? “Bueno, primera historia: -Se remonta a muchos años atrás. Yo estaba en la facultad y...

Caminata

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No encontró ya qué juntar en el pequeño espacio que la rodeaba. Era la última noche allí, sin pena. El exiguo departamento no mostraba nada de acogedor. Nunca lo había tenido. Y menos ahora...

Un encuentro pendiente con Marguerite Yourcenar en Petite Plaisance

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A mi hija Emilia, en libertad Llego a Maine con retraso. Debo todavía atravesar la zona boscosa hasta llegar a su casa. Me esperaban después de almorzar, para que viera el jardín en todo su...

La corriente

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Una anciana baja al pavimento y vuelve a subir a la vereda, sosteniéndose en un Ford Falcon bordó estacionado sobre J. A. Pacheco de Melo (y casi avenida Pueyrredón). El semáforo está descompuesto. Muchos...

Film

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Una joven dama argentina casada se halla con un mexicano licenciado en abogacía. Tienen un hijito y una mansión en ciudad de México. Ella era cancionista de tangos hasta que se produjo su enlace,...

Relato del Espejo Negro

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Amanece, todo reinicia gracias a Tonatiuh. Mi cuerpo resurge de las entrañas oscuras de la noche. La mañana está clara y fresca. Voy a trabajar la tierra con el sol naciente y me encuentro...

Templo

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Este hombre (el hombre que voy a narrar, quiero decir) era un hombre de mar. Y era un hombre de la noche. O, mejor dicho, era un hombre de la dicha. Velaba, leyendo libros...

Muecas de mano

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Piedritas en la mano. Apretadas las piedritas. En mano las tenía. A las piedras las juntaba y apretaba. Curitas vendía. Estaban sucias, pude verlas. No le compré: nunca le compro a ninguna gitana. Pero...

«Libritos», un relato de la escritora argentina Genoveva Arcaute

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Llegué al parque cansada. Apoyé el bolso y miré a los perros que se echaron sin más miramientos. Me senté, en el borde del escalón que rodea la fuente seca y saqué el libro...

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